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01 de mayo de 2024

La Asociación Americana de Pediatría ha reconocido la falta de sueño en la adolescencia como un problema de salud pública

La Academia Americana de Pediatría ha reconocido la falta de sueño en la adolescencia como un problema de salud públicaPexels

Salud

Los pediatras insisten en que el sueño y el descanso son tan importantes como la alimentación

En España, entre el 70 y el 90 % del alumnado cree que tiene problemas para dormir, algo que guarda importante relación con el rendimiento escolar

Desde el año 2014, la Academia Americana de Pediatría reconoció la falta de sueño en la adolescencia como un importante problema de salud pública. «El sueño parece ser tan importante para la salud y el bienestar como la alimentación», explica el comité de Sueño y Cronobiología de la Asociación Española de Pediatría.
La estimación es que entre el 91,2 % y el 76,1 % del alumnado español cree que tiene problemas para dormir con relación de dependencia con la edad y el 15 % carece de un horario regular de sueño durante los días escolares, según los datos de la AEP. Las horas que un niño descansa al día van a tener una repercusión directa en cómo afronta la siguiente jornada. A medio y largo plazo, lo primero que se ve afectado por la falta de sueño es el rendimiento escolar y académico de los jóvenes.

Dormir consolida la memoria

El sueño se puede considerar dentro de los factores primordiales de la preparación para el colegio, junto con la capacidad académica, la salud física y bienestar, competencia social, madurez emocional, habilidades lingüísticas y cognitivas y enfoque del aprendizaje. Que todas ellas sean positivamente desarrolladas y fomentadas contribuirá en gran medida a un buen rendimiento escolar del pequeño.
Durante la infancia y la adolescencia –insisten los pediatras–, el descanso juega un papel fundamental en el apoyo del desarrollo físico y neurobiológico, además de facilitar el aprendizaje y los procesos de consolidación de la memoria. «La privación del sueño conduce a una disminución en la atención, según refieren los docentes y evidencian múltiples estudios, así como del rendimiento académico global», explica el comité de Sueño.

La falta de sueño y la tecnología

Pero, ¿cuánto ha de dormir cada noche un niño? La duración de las horas de cama varía en función de factores como la edad, el estado de salud y el estado emocional, entre otros. Según el pequeño crece, disminuye su necesidad de descanso. Los recién nacidos duermen entre 16 y 18 horas al día; a los 2 años el promedio de sueño es de 13 horas al día; desde los 3 a los 5 años es de 10-12 horas, y entre los 6 y los 10 años de vida los niños duermen alrededor de 10 horas al día. Los adolescentes, por su parte, necesitan dormir alrededor de 8-10 horas diarias, sueño recomendado también para los adultos.
El uso de dispositivos tecnológicos accesibles para los más pequeños las veinticuatro horas del día ha hecho disminuir el tiempo de descanso de niños y adolescentes. Y en mayor medida cuando estos se encuentran en el interior de los dormitorios. Los adolescentes, lejos de interactuar con sus padres, prefieren hacerlo con sus iguales, y lo hacen a través de las redes sociales en las últimas horas del día. La luz de las pantallas, según explican los pediatras de la AEP, altera la secreción de melatonina, que dificulta la conciliación del sueño.
A su vez, la falta de descanso produce dificultades de atención y alteración del ánimo, junto con las consecuencias descritas anteriormente en la bajada del rendimiento académico. El consejo de los pediatras es entrenar a los hijos en un uso responsable de las tecnologías, para evitar sus perjuicios, y comenzar a dar el valor adecuado como hábito de vida saludable al sueño para mejorar la calidad de vida de la infancia y de su entorno.
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