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08 de mayo de 2024

Dos adolescentes con el teléfono móvil

Dos adolescentes con el teléfono móvilPxhere

Salud digital

¿Debe limitarse el tiempo de pantallas al que se exponen los niños en vacaciones?

​Los horarios y las rutinas se relajan en verano, y con ello también las normas

El verano es tan largo, sobre todo el de los estudiantes, que puede ocurrir que se caiga en la tentación de dejarles pasar más tiempo del que deberían delante de la televisión, el ordenador o con el móvil, aunque sea por evitar el aburrimiento.
Los horarios y las rutinas se relajan en temporada estival, y con ello también las normas. No obstante, los niños convierten en hábitos los permisos que se les conceden rápidamente. Lo mismo puede ocurrir con las pantallas: permitirles más tiempo en verano frente a ellas que antes puede hacer que se acostumbren y cuando llega de nuevo septiembre les cuesta más volver a lo que establecido.
El tiempo que se le vaya a permitir utilizar el móvil o el ordenador dependerá también del uso que vayan a hacer del dispositivo. No es lo mismo que el niño se pase la tarde jugando a videojuegos o en las redes sociales a que comience a ver tutoriales o haga algún curso online para aprender una nueva actividad. Es la gran diferencia entre un uso activo y uno pasivo de la tecnología, y todo lo que sea aprender ha de ser fomentado, aunque dentro de unos límites coherentes.
El primero de ellos es no emplear los dispositivos tecnológicos para negociar y tampoco como premio. Hacerlo puede terminar convirtiéndolo en algún tipo de chantaje y no por sacar mejores notas, ayudar en casa o sobresalir en algún deporte se le tiene que otorgar pasar más tiempo delante de una pantalla.
En lugar de prohibirles utilizar dispositivos, los expertos destacan la necesidad de alcanzar un adecuado equilibrio con otro tipo de actividades, que los padres han de animarles a realizar. De la misma manera, hay que establecer límites y expectativas antes de que se introduzcan en el mundo digital de una manera clara y con las repercusiones que pueda suponer para ellos el sobrepasar esas limitaciones acordadas.
A pesar del calor, las actividades al aire libre son la mejor manera de desconectar de la tecnología, y también de evitar que se utilice en exceso. En las horas en las que el sol está en lo más alto y no se puede salir de casa, un rato de lectura, un puzle o hacer manualidades puede ser tan divertido o distractorio como ver una película o engancharse a algún juego.
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