El 10 % de cada entrada se dedicará a la investigación de tratamientos para el cáncer infantil
Día Internacional del Cáncer Infantil
El 82 % de los niños con cáncer menores de 14 años se curan
A pesar de este esperanzador dato, los pediatras advierten que recientes informes muestran la necesidad de mejorar la supervivencia de los pacientes de cáncer y tumores cerebrales
Cada año, el cáncer afecta a 138 niños por cada millón de menores de 15 años, pero en la otra cara de esta triste realidad, la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátrica informa de que el índice de supervivencia de los niños menores de 14 que padecen la enfermedad es del 82 % a los cinco años del diagnóstico, de acuerdo con los últimos datos del Registro Español de Tumores Infantiles (RETI-SEHOP), actualizados en 2022.
Con motivo del Día Internacional del Cáncer Infantil, la sociedad de oncología infantil explica que a pesar del esperanzador dato, «recientes informes nos advierten de la necesidad de mejorar la supervivencia de nuestros pacientes de cáncer y tumores cerebrales».
Cada año, el 15 de febrero, se celebra la jornada del Niño con Cáncer para concienciar sobre la enfermedad desde que en 2001 la Confederación Internacional de Padres de Niños con Cáncer lo instituyó en Luxemburgo. Para los pediatras españoles, este día abre una ventana de oportunidad para «visibilizar y reivindicar la realidad del cáncer infantil en nuestro país, así como la necesidad de continuar mejorando la atención integral a los niños y adolescentes con cáncer en España».
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Una de sus reivindicaciones tiene que ver con el diagnóstico y las opciones de tratamiento. Los pediatras piden «la implantación efectiva del trabajo en red entre unidades de mayor y menor complejidad» para que los niños y adolescentes se beneficien de un mejor diagnóstico y las mejores opciones terapéuticas. Asimismo, solicitan que desde las instituciones sanitarias se proporcione el marco legal y logístico que facilite la inclusión de los pacientes en ensayos clínicos.
En tercer lugar, recuerdan que todos los cánceres pediátricos son enfermedades raras y, por tanto, es necesaria la atención por equipos multidisciplinares. Demandan también que se reconozca la especialidad de Oncología y Hematología pediátricas, debido a la formación específica que los médicos pediatras necesitan para afrontar la enfermedad.
«Más del 70 % de los supervivientes de un cáncer en la edad pediátrica presentará secuelas a largo plazo derivadas del tratamiento», recuerdan desde la institución. Ello puede condicionar su integración académica, primero, y luego laboral, social o afectiva. Por ello, explican que es imprescindible que los sanitarios que les puedan atender en el futuro conozcan los posibles efectos secundarios para poder prevenirlos y diagnosticarlos.
«En este día, no podemos olvidar al entre 18 y 20 % de niños y adolescentes que sabemos que no se van a curar», concluyen los pediatras españoles, para los que reclaman que todas las Comunidades Autónomas cuenten con unidades de cuidados paliativos pediátricos así como hospitalización domiciliaria para garantizar la mejor atención y calidad de vida del paciente y su familia en las últimas fases de su enfermedad.
El cáncer infantil en el mundo
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer es una de las principales causas de mortalidad en la niñez y la adolescencia. En países de ingresos altos, la probabilidad de supervivencia a la enfermedad supera el 80 %, como en España. No obstante, en país de menor renta se curan menos del 30 % de los menores.
Este dato se debe a que no se tiene acceso a un diagnóstico a tiempo o la incapacidad de que este sea preciso, la falta de acceso a tratamientos, el abandono de las pautas terapéuticas, el fallecimiento por toxicidad como efecto secundario de la medicación o una recaída que pudo haberse evitado.
Este dato se debe a que no se tiene acceso a un diagnóstico a tiempo o la incapacidad de que este sea preciso, la falta de acceso a tratamientos, el abandono de las pautas terapéuticas, el fallecimiento por toxicidad como efecto secundario de la medicación o una recaída que pudo haberse evitado.
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