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10 de mayo de 2024

Un niño y un perro

Un niño y un perroPexels

Niños y mascotas: el dúo que parece reducir las alergias infantiles

Los niños que convivieron con perros domésticos tuvieron una probabilidad significativamente menor de padecer alergia al huevo, la leche o las nueces

Qué niño no ha pedido un cachorro como regalo de cumpleaños o por Navidad. Aunque es una decisión que ha de tomar cada familia atendiendo a sus circunstancias, hay que tener en cuenta también que tener una mascota en casa trae ciertos beneficios para el desarrollo de los más pequeños.
Cuidar de un perro o un gato implica un estilo de vida más activo, pero también supone un aprendizaje de la responsabilidad –de alimentar, de sacar a pasear, de bañar o cepillar– desde edades tempranas. Sin duda, estas pequeñas acciones repercuten en la salud. No obstante, un estudio recientemente publicado en la revista Plos One ha desvelado que convivir con animales implica para los niños menos alergias alimentarias.
A través de un análisis de más de 65.000 bebés japoneses, Hiseo Okabe y su equipo del Centro Regional de Fukushima para el Estudio del Medio Ambiente y los Niños descubrieron que los niños expuestos a gatos o perros domésticos durante el desarrollo fetal o la primera infancia tendían a tener menos alergias alimentarias, en comparación con otros niños de su edad.
A más de uno de cada diez niños se les diagnostica una alergia a ciertos alimentos en los países de altos ingresos, y este índice va en aumento. Investigaciones anteriores habían sugerido ya la relación entre la exposición a mascotas durante el embarazo y los primeros años de vida y la reducción de alergias.
En esta ocasión, Okabe y sus colegas vieron que en el 22 % de los 66.215 niños que formaron parte del estudio estuvieron expuestos a animales domésticos durante la gestación. Entre ellos, hubo una incidencia significativamente menor de alergias alimentarias. Los niños que habían convivido con perros tenían menos probabilidades de ser alérgicos al huevo, la leche y las nueces; mientras, quienes habían tenido un gato cerca tenían menos riesgo de tener alergia al huevo, al trigo y a la soja.
Para obtener sus resultados cruzaron los datos de un estudio nacional de nacimientos con los registros médicos durante el primer trimestre del embarazo, en el momento del parto y al primer mes de vida. Los investigadores no pueden determinar si el vínculo entre la exposición a las mascotas y las alergias es causal, pero sugieren que sus resultados pueden guiar futuras investigaciones sobre los mecanismos que operan detrás de las alergias alimentarias infantiles.
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