Un verano en 21 libros: clásicos infantiles y juveniles para no dejar de leer

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Rimas y canciones infantiles tradicionales, recopiladas por Carmen Bravo-Villasante

Un buen lugar al que acudir en busca de las rimas y canciones de siempre, las entonadas y recitadas por nuestros abuelos, que aprendieron nuestros padres, y que nos fueron cantadas y recitadas por ellos, para que, a su vez, lo hagamos nosotros con nuestros hijos.

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Los cuentos de Beatrix Potter

C. S. Lewis dijo que le habían abierto la puerta de la belleza. Y creo que es así. La delicadez y la ternura y, al mismo tiempo, la precisión anatómica de los dibujos, junto con las sencillas y encantadoras tramas, dan a estos cuentos un aire intemporal que los hace imprescindibles.

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Historias de Winnie de Pooh, de A. A. Milne

Amenas historias protagonizadas por un niño (Christopher Robin) y sus animales de peluche (encabezados por el osito Winnie) que cobran vida. Milne utiliza un lenguaje compuesto, a la par de poesía y de lógica elemental, en medio de un ambiente inocente e ingenuo, que representa magistralmente aquello que debería ser una infancia feliz. Todo ello, aderezado con amistad y un humor suavemente irónico y encantador.

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Fábulas, de Esopo, Samaniego o Iriarte, para niños

La forma más antigua de la literatura infantil, acompañada por una moraleja o moral chiquitita, combinado así la instrucción con el placer de una breve narración. Como dijo Chesterton, en ellas se encuentran los fundamentos de un sentido común elemental, hoy no tan común, pero más necesario que nunca.

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El libro de la selva, de Rudyard Kipling

Un clásico para siempre. El protagonista de estas historias es Mowgli, un muchacho de unos 10 años que, a pesar de haber sido criado en el corazón de la jungla entre lobos salvajes, no puede librarse del deber responder a su naturaleza: convertirse en un hombre. Y en tanto lo hace, asistiremos a un sinfín de aventuras en las que sus amigos, la pantera Bagheera y el oso Baloo, le acompañarán y tratarán de protegerle en lo posible frente al terrible tigre Shere Kan. Los niños disfrutarán de esta lectura y apreciarán el mundo natural que habita Mowgli, y querrán ser como él, y tener amigos como Baloo y Bagheera.

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Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain

Una historia de muchachos basada en los días de la adolescencia del autor en su Missouri natal, con sus juegos de piratas y ladrones, su accidental encuentro con un aparente villano, y su tesoro escondido, y, por si fuera poco, también algo más. Hará volver a los mayores, entre nostalgia y ensueño, a una auténtica infancia, donde los niños crean y conforman su propio mundo, abandonados a sí mismos. Y enseñará a los niños a hacerlo, para su deleite y beneficio.

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La princesa y los trasgos y la princesa y Curdie, de George MacDonald

Bautizaron la imaginación de Lewis y Chesterton y no pueden faltar en la biblioteca de ningún niño. ¿Se trata de cuentos de hadas? Sí, y de los mejores; convertidos en novelas, desde luego, pero no por ello han dejado de ser cuentos maravillosos. Historias llenas de suspense, misterio y humor; ciegas de razones y plenas de símbolos. Dos relatos, relacionados entre sí, de fantasía heroica y mágica que encantarán a los niños.

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Flor de leyendas, de Alejandro Casona

Un primer contacto con las más fascinantes y bellas historias de las más distintas tradiciones, de la mano de una magistral pluma. El Ramayana, Las mil y una noches, el Cid, Roldán, Sigfrido, y culminado todo, finalmente, Cristo.

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Romances de España (seleccionados para niños), se Ramón Menéndez Pidal

Un primer acercamiento a nuestra poesía heroica popular, hermosa memoria de las gestas de la epopeya medieval, y exaltación de los nobles sentimientos de generosidad desinteresada y de honor, propios del pueblo español, hoy tan lejanos.

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Cualquiera de los libros de Edith Nesbit

Renovadora de los cuentos de hadas a través de la conjugación del realismo con lo fantástico, inaugura también lo que luego será explotado hasta la saciedad por muchos otros tras de ella: aventuras protagonizadas por niños, por demás, suficientemente preparados y competentes, que se mueven con independencia y autonomía de sus mayores, y que poseen el juicio, la iniciativa y la desenvoltura dados por una rica vida imaginativa.

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La isla del tesoro, de R. L. Stevenson

La primera y mejor de las historias de piratas, de las que todas las demás son deudoras. Stevenson la escribió para su hijo y sometió a su opinión cada capítulo. El resultado de tal combinación de talento y juicio dio como resultado una obra maestra de la aventura.

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La vuelta al mundo en 80 días, Dos años de vacaciones y otras, de Julio Verne

La aventura en su plenitud. Historias inolvidables donde, a través de una ventana fantástica, los jóvenes lectores podrán asomarse a mundos de progreso técnico donde todavía el protagonista es el hombre, lección esta que, hoy, parece imprescindible.

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El prisionero de Zenda, de Anthony Hope

Revólveres humeantes, espadas refulgentes, viejas mazmorras, conspiraciones e intrigas, almas heroicas, reyes, princesas, amores imposibles, honor frente a gloria, y uno de los más memorables héroes caballerescos de la ficción, Rudolph Rassendyl, frente al más infame de los malvados, Rupert de Hentzau. Todo esto encontrarán los jóvenes lectores si se deciden a viajar a la legendaria Ruritania.

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La serie de la casa de la pradera, de Laura Ingalls

Una sucesión de relatos de corte autobiográfico, recogidos en ocho libros, a través de los cuales la autora nos cuenta su infancia y juventud en el seno de una familia de pioneros, y su vida de frontera en los Estados Unidos. Trenzados de recuerdos y trufados de nostalgia, en estas historias los chicos descubrirán que, como decía Laura, «hogar es la palabra más dulce que hay».

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Rimas y leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer

Romanticismo y pureza. Con Bécquer conocerán la poesía y la pasión. Su claridad, su ternura, su absoluta transparencia ante el amor y el misterio lo hacen intemporal.

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Las novelas de Jane Austen

Una educación sentimental sobre las relaciones entre hombres y mujeres, que además es una fantástica lectura. Un curso acelerado sobre el auténtico noviazgo y su objetivo, el matrimonio, aderezado con virtudes aristotélicas y cristianas. Un retazo de una idílica sociedad, en absoluto utópica, donde las personas se relacionan y actúan como lo que son, seres humanos imperfectos pero susceptibles de redención.

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Jane Eyre, de Charlotte Brontë

La pasión y la razón. El orden de las cosas y el desorden del corazón. La afirmación de un carácter frente a un destino despiadado, conformado por la prudencia, la temperancia y la esperanza. Y con un final feliz donde la pasión amorosa es completada con afectos más perfectos y puros, como la amistad y la caridad.

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Secuestrado y Catriona, de R. L. Stevenson

Otras dos obras maestras del maestro de la aventura. La ejemplar prosa de Stevenson le lleva a uno, casi sin darse cuenta, de la primera a la última página, y las aventuras y desventuras del joven Balfour se convierten pronto en parte de nuestra vida. Una lectura placentera, llena de emoción, suspense y acción, y cómo no, de romance, que trasporta al joven lector a una histórica Escocia, ruda y romántica. Muy recomendable.

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El señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien

«Un aviso y una inspiración», según el poeta W. H. Auden. Una obra grandiosa que nos regala un mundo paralelo, y al mismo tiempo, lejano y cercano a este mundo nuestro. La clásica misión heroica, pero vuelta del revés, donde se nos revela, casi sin querer, una visión católica del mundo. Una misión a realizar por un héroe muy particular, un poco como todos nosotros, pero más pequeño: un hobbit, Frodo Bolson, y a su lado y al lado de los hombres, una pléyade de seres inolvidables: Hobbits, Elfos Enanos y Orcos. Para no perderse jamás.

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Oliver Twist, de Charles Dickens

Una de las novelas más características del gran Dickens. En medio del gran Londres de la revolución industrial, se nos cuenta la historia de cómo un niño bueno y decente como Oliver puede resistir con éxito a la tentación y permanecer incólume a la corrupción, además de ofrecernos el mensaje subliminal de que todos somos huérfanos como el protagonista, que todos estamos en una búsqueda existencial y finalmente que todos podemos ser rescatados por una adopción sobrenatural.

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La pimpinela escarlata, de la Baronesa de Orczy

París, en los primeros días de la Revolución Francesa. Muchos aristócratas escapan a la guillotina gracias a un misterioso grupo de arriesgados hombres cuya divisa es la flor que titula el libro. El protagonista, Sir Percy, cabecilla del grupo, es un misterioso y escurridizo noble británico que se revela al lector como un héroe clásico de ingenio rápido y físico de hierro, que, además, está casado con Marguerite Saint Just, la mujer más inteligente y bella Europa. Su antagonista, es un francés malvado llamado Chauvelin, «entusiasta fanático por la causa revolucionaria». Aventura a manos llenas.

Un verano en 21 libros: clásicos infantiles y juveniles para no dejar de leer

En este recopilatorio hay cuatro opciones para aquellos niños a quienes hay todavía que leerles o han comenzado a hacerlo ellos solos, seis para edades entre 7 y 12 años, cinco para adolescentes de hasta 14 y otros seis para mayores de catorce años

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