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07 de mayo de 2024

Una madre despide a su hija en el patio del colegio CEU San Pablo de Sanchinarro, el primer día de curso escolar, a 6 de septiembre de 2023

Una madre despide a su hija en el patio del colegio CEU San Pablo de SanchinarroEuropa Press

Vuelta al cole

Lágrimas en la puerta del cole: qué pueden hacer los padres para afrontarlo y sacar una moraleja

«A veces nos bloqueamos mucho con el llanto, como si fuese algo negativo. Es simplemente una manera de comunicarse», explica la psicóloga Angélica Joya

Lunes, 9 de la mañana: padres e hijos llegan a la puerta del colegio. Algunos alumnos se saludan sonrientes, sobre todo el primer día, después de llevar tres meses sin verse. Pero para otros, volver a la rutina puede haberse vuelto un proceso difícil y al verse ante las puertas del centro donde tendrá que pasar el resto del día y del curso, una lágrima recorra su cara.
«A veces nos bloqueamos mucho con el llanto, como si fuese algo negativo. Es simplemente una manera de comunicarse», explica la psicóloga Angélica Joya, quien acaba de publicar su último libro Educar sin desesperar (Ed. Planeta).

Razones tras las lágrimas

¿Por qué lloraría un niño en la puerta del colegio, donde va a pasar el día aprendiendo y jugando rodeado de amigos? Según Joya, las razones pueden ir desde que el menor está cansado porque le está costando recuperar la rutina de sueño posvacacional, porque sea un lugar que no conoce (si es su primer año o se acaba de cambiar de colegio) hasta algo tan simple como que se está mejor en casa. «No es la prioridad del niño ir al colegio, es la del mundo adulto», apunta la psicóloga.
Otra de las posibles razones que pueden esconderse detrás de esas lágrimas mañaneras es que estas seas causadas por las dudas que puedan tener sus padres. «Como padre, ¿tienes miedo porque no te gusta la profesora? Los niños eso lo sienten también y asumen que algo no va bien con ellos», explica Joya.

¿Se pueden evitar?

Las despedidas son duras, sobre todo si son primeras veces. Pero las lágrimas, indica Joya, se pueden prevenir. «Hay un trabajo que puedes hacer según cómo sea tu hijo», dice la psicóloga. Los padres pueden preparar el momento de dejar a su hijo en clase elaborando entre todos algún ritual de despedida o entregándole un objeto simbólico que le recuerde a sus progenitores y le acompañe durante la jornada.

¿Qué hacer?

Ahora bien, ¿cómo actuar ante un niño que pasa de la sonrisa en el coche al llanto al salir de él? La estrategia de Joya está dividida en tres sencillos pasos. El primero de ellos es la empatía, que según ella es la más difícil. Sobre esta indica que habría que actuar igual que con cualquier persona que está triste. «Con los niños ayuda mucho bajar literalmente a su altura, incluso ponerte por debajo de su mirada, para conectar solo con el lenguaje no verbal», explica.
El segundo paso lo llama el «tú»: recordarle recursos que en otras situaciones similares le han ayudado. «¿Te acuerdas que esto otro también te costó y luego estuviste bien?» o «¿Recuerdas que te lo pasas bien?», son algunos de los ejemplos que pone la psicóloga para hacerles sentir que son capaces.
«La última parte es el 'yo estoy aquí'», afirma la autora de Educar sin desesperar. Abrazarle, acompañarle y decirle que a la vuelta tendrá la oportunidad de contar qué tal le ha ido el día. Permitirle expresarse y sentirse acompañado en el proceso habría de ser la opción, en vez de enseguida distraerles o decir que no pasa nada cuando empiezan a llorar.
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