Para los analistas, el 70% de las interrupciones vienen como una reacción espontánea a la asociación de ideas
¿Qué significado tiene que una persona interrumpa siempre en una conversación?
En esta conducta, convertida a menudo en hábito, intervienen características culturales, sociales, neurológicas y emocionales. Así lo indican psicólogos expertos en diferentes ramas de la ciencia
toda persona ha sido interrumpida alguna vez a lo largo de su existencia al dar una opinión. Más allá de la mala educación que esto supone, esta práctica hunde sus raíces en cuestiones emocionales, sociales y neurológicas que rara vez se analizan y que poco tienen que ver con la intencionalidad. En este artículo exploramos qué dice la psicología actual sobre este molesto acto, y qué revela sobre quien lo lleva a cabo.
Para la coach motivacional Mel Robbins –conferencista y autora de bestsellers del New York Times– «interrumpir es una forma de falta de respeto, una señal de desinterés en lo que el otro tiene que decir».
Sin embargo, existe una perspectiva mayoritaria en el campo de estudio de la lingüística y la psicología que afirma que estas reacciones no responden a rasgos de inseguridad, ni tampoco a la búsqueda de control o motivos de egocentrismo por parte del interlocutor, sino que vienen precedidas por rasgos no deliberados como los siguientes:
Ansiedad por olvidar: expertos como Russell Barkley, especialista en TDAH, o la Dra. Sharon Saline señalan que, el olvidar ideas lleva a interrumpir impulsivamente, por ello, este acto es debido a una dificultad neurológica para inhibir impulsos verbales (autocontrol de las funciones ejecutivas), sin intención maliciosa alguna. Estilos culturales de diálogo: como explica la estadounidense Deborah Tannen, en algunas culturas la interrupción expresa conexión emocional o entusiasmo, pero no adversidad o posiciones contrapuestas. Estrategias inconscientes de empatía: estas interrupciones buscan mostrar apoyo emocional o afinidad, aunque resulten molestas, afirma Maria Venetis, profesora e investigadora de Rutgers University.Falta de escucha activa: Carl Rogers, psicólogo humanista, alega que muchos individuos suelen pensar en su respuesta más que en escuchar genuinamente, lo que puede generar interrupciones que no están meditadas o pensadas.
Otros supuestos respaldados
En otras muchas ocasiones, es cierto que, estas detenciones a la hora de hablar responden al deseo de validar una idea, o la necesidad de querer acaparar la atención, pero para la inmensa mayoría de los analistas, el 70 % de las interrupciones suelen ocurrir por reacciones espontáneas, producto de la asociación de ideas.
Y es que, según la revista española Psicología Social, «este parón producido por otra persona puede estar representando una compleja reacción que surge en su mente por los estímulos de la conversación. Por ende, se trata de una conexión entre lo que se escucha con la vivencia propia y no querer perder el momento de intervenir».