Fundado en 1910

16 de abril de 2024

Sandringham House en Norfolk.

Sandringham House en Norfolk.GTRES

Todo sobre Sandringham House, el refugio perfecto para la Reina Isabel II en sus peores momentos

Una pequeña casa de ladrillo construida en 1870 y distribuida en cinco habitaciones, dos salones, una cocina y dos comedores es todo lo que la soberana británica necesita para pasar sus días más nostálgicos y reflexivos. Un escondite perfecto al que poder recurrir cuando las cosas su tuercen

La polémica que mantiene en vilo a la Familia Real británica ha hecho que la Reina Isabel II haya decidido pasar un fin de semana alejada del foco mediático y de todo aquello que llevase implícito el término de lo social. Y es que la monarca británica ha decidido refugiarse en Sandringham House, una pequeña casa de ladrillo rojo situada sobre una antigua granja y una casa de trabajadores ubicadas en Norfolk, a la que se ha trasladado en busca de paz, tranquilidad y un entorno que incitase a la reflexión en un momento clave de su vida personal marcado por el escándalo mediático que rodea a uno de sus hijos.
Tras conocer que el príncipe Andrés será juzgado por la demanda de agresión sexual que le interpuso Virginia Roberts Giuffre y que de momento le ha costado que su madre le haya arrebatado sus patrocinios reales y sus afiliaciones militares, la soberana ha puesto tierra de por medio y ha huido del Palacio con el ánimo de pasar unos nostálgicos días marcados por la soledad y la meditación en este acogedor refugio que, en su día, resultó ser la propiedad favorita de su marido, Felipe de Edimburgo. Esta visita cobra especial relevancia al tratarse de la primera vez que la Reina regresa a la casa tras el fallecimiento de su esposo.
La Reina Isabel de camino a Norfolk

La Reina Isabel de camino a NorfolkGTRES

Sandringham House no es más que una pequeña casa campestre construida en 1870 para Eduardo VII y su mujer, la Reina Alejandra de Dinamarca y que heredó Jorge V en 1910. El entonces soberano decidió utilizar la construcción como lugar de residencia de su hijo Juan. Allí el pequeño, custodiado en todo momento por su niñera, vivió junto a su huerto y sus gallinas hasta que falleció con tan solo 13 años. El siguiente en habitar la vivienda fue el médico particular de Jorge VI, aunque una vez jubilado, la propiedad pasó de nuevo a manos de la Familia Real. En ese momento, fue interceptada por Felipe de Edimburgo, que decidió convertirla en su propio refugio particular.
La pareja de royals siempre disfrutaba de la casa y del entorno durante una de las últimas semanas de octubre o alguna de las primeras de noviembre y desde mediados de diciembre hasta principios de febrero, lo que significa que era la guarida de la Familia Real para pasar la Navidad.
Sandringham House en Norfolk

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Ubicado a dos kilómetros escasos del mar, a tres kilómetros de la estación de tren y con unas inmejorables vistas, el inmueble consta de cinco habitaciones, un comedor, una sala de estar con chimenea muy frecuentada por la Reina, un salón más grande, una cocina y un comedor para el servicio que, como no podía ser de otra manera, pernocta en una construcción cercana a la residencia oficial que dispone de ocho dormitorios.
Esta casa siempre ha sido el escondite perfecto para todos aquellos que la han podido disfrutar. Son ya cuatro las generaciones de monarcas que han tenido el placer de pasar su tiempo en cada uno de los rincones del pequeño inmueble de Sandringham y ninguno de ellos ha sido capaz de no verla como el mejor escondrijo en el que ocultarse cuando la polémica llama a la puerta.  
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