Teresa Rivero, el gran misterio de la familia de José María Ruiz Mateos, siete años después de su muerte

El pasado 7 de septiembre se cumplió el séptimo aniversario del fallecimiento de José María Ruiz – Mateos y Jiménez de Tejada, un afamado empresario y político español de los años 90, cuya vida personal empezó a ser de gran interés para los medios de comunicación, a raíz de su lucha contra el gobierno socialista tras la expropiación de uno de sus grupos empresariales, en concreto, Rumasa, y de sus continuos enfrentamientos con el entonces ministro, Miguel Boyer. El gaditano pasó su última etapa en la cárcel, donde ingresó tras ser condenado por estafa, insolvencia y fraude. Una fractura de cadera derivada en neumonía acabó con su vida a sus 84 años de edad.

Muchos sitúan aquel episodio como el principio del fin de una familia que, de ser una de las más respetadas del panorama social, terminó cayendo en el olvido, excepto cuando los problemas volvían a eclipsar su vida personal. La muerte del patriarca causó estragos en un clan formado por el matrimonio y sus 13 hijos, seis hombres y siete mujeres, y al que se sumó Adela Montes de Oca, una hija del empresario, fruto de una relación anterior, que fue reconocida como tal en marzo de 2017, cuando José María ya había fallecido.

Tal y como han recogido varios medios de comunicación, tan solo cinco años después del triste fallecimiento del empresario, su familia empezó a desmoronarse a causa de serios problemas que mucho han marcado su futuro personal y profesional. Se adentraron, por tanto, en una etapa de desgracias que terminó salpicando a prácticamente la totalidad de los miembros del clan. Así, mientras la primogénita del político y Teresa Rivero fallecía a consecuencia de un delicado cáncer, sus seis hijos varones fueron investigados y finalmente juzgados por dos delitos de estafa e insolvencia relacionados con un hotel de Mallorca y otro de Gran Canaria. Echaron la culpa a su progenitor, por aquel entonces fallecido, pero de poco les sirvió, pues todos ellos fueron condenados a prisión.

Todas estas situaciones, sin duda, han causado mella en una mujer todoterreno que hizo historia al convertirse en la primera mujer en presidir un club de fútbol español, Teresa Rivero, quien en 2019 llegó a asegurar: «Estoy en la ruina y mis seis hijos en la cárcel, pero son muy buenos niños».

A lo largo de todos estos años, se ha sabido que la viuda de Ruiz Mateos ha llegado a ser acusada por la Audiencia Nacional de fraude a la Hacienda pública por seis millones de euros de su etapa en el Rayo Vallecano y desahuciada de su casa madrileña de Aravaca, la cual perdió por las estafas y los negocios turbios de su marido y de sus hijos.

Y es que, aunque todo parece apuntar que los grandes dramas le siguen acompañando, hace tiempo que no se sabe nada de ella. Lo último que se conoció sobre su vida es que, después de pasar una larga temporada viviendo en su Cádiz natal, y más concretamente en la casa que su hija Paloma posee en el municipio gaditano de Jerez de la Frontera, Teresa regresó a Madrid para instalarse en Boadilla del Monte, en la casa de su quinta hija. Poco después de su llegada, tuvo que ser ingresada de urgencia y en estado grave en el hospital madrileño Puerta del Hierro de Majadahonda, al parecer, a causa de una rotura de cadena y una neumonía derivada del covid.

A sus 87 años, parece que Teresa vive a caballo entre Cádiz y Madrid, aunque en ninguno de los dos destinos suele dejarse ver. Su día a día consiste en ir a misa, jugar a las cartas, tomar el té y pasar tiempo con sus hijos. Sin duda, una vida discreta y alejada, por completo, del espectro mediático con la que, al parecer, tanto tiempo llevaba soñando.