Norma Duval
Norma Duval: «A mi abuelo lo fusilaron en la guerra y eso nos hizo ser una piña»
A sus 66 años, la actriz y presentadora reconoce que ha encontrado la receta de la felicidad en su familia
Norma Duval nació en Barcelona y es española hasta la medula aunque haya sido una vedette internacional, cuente con la nacionalidad francesa, a raíz de su matrimonio con Marc Ostarcevic y ahora pase mucho tiempo en su casa de Gstaad porque su prometido Matthias Kühn reside en Suiza. No es de guardar cosas, le encanta regalar y es práctica en todo, excepto con sus trajes de Alta Costura, especialmente los que Paco Rabanne le esculpía directamente sobre su cuerpo. «Yo he vivido una vida de cuento. Lo disfruto todo porque la infancia es la base de una buena comida y mis padres los pilares. Teniendo salud y estando emocionalmente bien, como estoy ahora, voy a dedicarme a disfrutar de la vida con Matthias y de lo que hemos conseguido».
–Sí porque usted se echó su familia a la espalda.
–Es que mi familia siempre ha sido lo primero. Mi padre se crio sin madre y a mi abuelo le fusilaron en la guerra. Todo eso a mi familia les hizo ser una piña y yo lo he mamado desde pequeña. Yo creo en la familia, es mi pilar. Siempre he luchado porque mi familia este unida.
–¿Tiene un lugar donde reunir a toda su familia?
–Sí, en Segovia. He tardado 60 años en conseguir comprar la casa grande de mis abuelos en Segovia. Fijate qué curioso que el número de la casa es el 6, mi abuelo muere con 60 años y yo tardo 60 años en conseguirla. El 6 me persigue. Esa casa es el centro de reunión de mi familia y donde tenemos muchisima intimidad.
–Usted siempre ha llevado los pantalones en casa.
–He trabajado toda la vida. Llevo 50 años sin parar. Me siento con fuerzas pero ahora hago publicidad y participo en algún programa de tv. No me subo a los escenarios, me retiré con 44 años del escenario porque hay que estar muy joven, muy fresca y vital para hacer music hall. Date cuenta que yo empecé con 22 años y con 24 es cuando me voy a Paris al Folies Bergère.
–¿Y siempre ha sido su jefa?
–Menos La Corte del Faraón y mi estancia en Paris, el resto me he producido yo todos los espectáculos. Hay que tener coraje, fuerza, voluntad, constancia y un buen equipo para hacerlo. Siempre he estado rodeado de muy buena gente.
–¿Ha sido diva?
–Qué va, nunca. Yo me cambiaba en los mismos camerinos que mi equipo. He viajado con ellos como una más. Hemos disfrutado siempre y ese ha sido el éxito de mis espectáculo, el trato tan familiar y el buen rollo. Por ejemplo, el personal que tengo en casa llevan muchísimos años conmigo. Tanto en mi casa como en mis espectáculos siempre ha habido muy buen rollo . Date cuenta que en mi casa montaba mi oficina y ahí hemos ensayado las coreografías.
–Y con 24 años le hacen un contrato de estrella.
–Sí, de primera figura con muchísimo dinero. Lo invertí pero también me lo gasté porque he vivido muy bien. He trabajado muchísimo pero también me lo he gastado. No entiendo el esfuerzo de hacer el sacrificio, ganar mucho y vivir roñica. Con ese contrato del Folies me compre una casa en el centro de Madrid, que aún conservo y la tengo alquilada, un terreno para mis padres que se hicieron una casa y un cochazo.
–¿Tenía pretendientes?
–Sí, riquísimos e importantisimos, a los que no hice ni caso porque yo solo trabajaba. Mis descansos en el Folie eran para hacer cine y siempre mi familia conmigo, ellos han sido mi fuerza siempre.
–Su matrimonio con Marc fue un shock, eran la pareja ideal de los posados veraniegos.
–Esas fotos eran verdad. Mi matrimonio estuvo genial y mis hijos estupendos. Se rompió porque las relaciones hay que cuidarlas mucho, ahora es muy difícil mantener un matrimonio y en esa época más porque yo trabajaba mucho y siempre estábamos juntos, eso también nos desgastó.
Norma Duval y Matthias Kühn
–Y después de un bache ahora vuelve con Mattias.
–Sí y estaremos hasta el final. Nosotros venimos de trabajar muchísimo en la vida. Él es un hombre hecho así mismo y yo igual. Y hay una cosa muy buena que refuerza mucho nuestra relación y es que los dos tenemos muy buena relación con los hijos de ambos y con mis sobrinas, eso es la base primordial para que nuestra relación sea un éxito. Nos respetamos todos.
–¿El bache que han pasado les ha reforzado?
–Sí, totalmente. Había unos cosas que teníamos que solucionar para nuestro futuro. Necesitábamos un tiempo de tranquilidad y reflexión para llegar a los acuerdos a los que hemos llegado para que no se resquebraje en el futuro nuestra relación. Lo hemos solucionado todo y estamos muy, muy bien hasta el final de nuestra vida. Ya llevamos trece intensos años juntos.
–¿ Cómo le conquistó Matthias?
–Yo salía de un divorcio un poco convulsivo con Frade y fui a la isla de Tagomago para hacer un reportaje, allí me encontré con Matthias, que se estaba separando, tardamos unos meses en estar juntos y ya han pasado trece años. Tenemos muchos gustos en común, nos gusta mucho el mar y viajar, que es lo que haremos ahora.
–¿De dónde saca la fuerza?
–Mis padres me hicieron así, he tenido una personalidad muy acusada desde pequeña. Los momentos malos los escondo para mi. He pasado años dificiles porque criar a mis sobrinas ha sido complicado, tampoco perder a mi hermana. En los momentos malos me refugio en mi, en Mattias y en mi hermano, han sido grandes apoyos.
–Y por fin le toca descansar.
–Así es. Yo madrugo y lo primero es hacer mis listas y organizar mi casa. Ahora estamos mucho en la de Matthias en Suiza y somos muy felices juntos. Hay cosas nuevas para mi por ejemplo, yo nunca entraba en la cocina porque me dedicaba a traer el dinero a casa y si cocinaba no lo traía. Ahora me hace ilusión hacer cosas especiales porque tengo mano para la cocina y soy tenaz y constante.
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