La curiosa historia de amor de Marta Rivera de la Cruz

Consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, escritora y periodista. Con ese currículum llega Marta Rivera de la Cruz a las listas del Partido Popular (PP) para el 23-J. Alberto Núñez Feijóo ha depositado su confianza en la ex de Ciudadanos y la va a nombrar como su segunda de a bordo de cara a los importantes comicios, en los que el grupo político parte con una imponente ventaja, a priori, respecto al resto de formaciones.

Su nombre empieza a aparecer en todos los motores de búsqueda, pero ¿quién es Marta Rivera? Gallega de nacimiento –como su jefe– vino al mundo en Coruña, en el año 1970. Como otros tantos españoles, tuvo que hacer la maleta para marcharse a estudiar a Madrid, buscando una mejor integración al mundo laboral.

Pronto descubrió que lo suyo eran las letras y la palabra. De ese modo, se matriculó en Ciencias de la Información y especialista en Comunicación Política por la Universidad Complutense. Su talento con la pluma se tradujo en importantes reconocimientos, como el Premio Joven y Brillante por la novela corta El refugio. Aunque, sin lugar a dudas, su mayor hazaña literaria ha sido quedar finalista del prestigioso Premio Planeta.

Sobre su perfil profesional se han escrito muchas líneas, pero no tantas sobre su faceta más personal. Su intimidad nunca ha sido objeto de debate ni de exposición pública, pero esto es algo susceptible de cambiar ahora que va a concurrir como número 2 de Feijóo al Congreso.

Para radiografiar su intimidad es necesario hacer especial mención al hombre con el que comparte su vida: Marcial Martelo de la Maza García, marqués de Almeiras y de origen coruñés. El flechazo entre ellos se produjo en el año 1998, en una fiesta de amigos en la localidad coruñesa de Miño, curiosamente la misma noche que ella supo que era la ganadora del premio Ateneo Joven de Sevilla. Sin embargo, no afianzaron su relación hasta que el abogado civilista no se trasladó a vivir a Madrid.

El punto álgido de su romance se produjo en agosto del 2017, cuando dieron el paso al altar y se casaron mediante una romántica celebración en la ciudad natal de Marta Rivera de la Cruz. Ella lucía imponente y muy elegante gracias a un diseño nupcial de Jorge Acuña, modisto, amigo de la novia y nacido en Lugo. El vestido se componía de dos piezas: una camisa en crêpe de seda y falda abocada, en color blanco roto. Por el momento, el matrimonio no ha tomado la decisión de tener hijos.

Sobre su estilo de vida, Marta Rivera de la Cruz se sinceró en una entrevista con Yo Dona: «Vivo razonablemente bien y, cuando hay tantísima gente que vive muy mal, una no debe presumir de austera ni modesta, porque puede ofender. Tampoco soy derrochadora, porque nunca he tenido un sueldo fijo, y eso me ha obligado a ser muy sensata con mis gastos. Pero no tengo hijos ni para quién ahorrar, de modo que pienso en mí».

En cuanto a sus aficiones, la política no da pie a compartirlas públicamente en sus redes sociales. Casi todo su perfil en Instagram es monotemático de su trabajo, aunque en ocasiones cuelga imágenes con gente importante en su vida, como su sobrino. De igual modo, ha dejado entrever que disfruta mucho saliendo a comer fuera o tomando unas cervezas con su círculo de amigos.