Comienza la guerra por la herencia de Fefé
Formó tres familias con tres mujeres con las que tuvo ocho hijos y no se llevan especialmente bien
Fernando Fernández Tapias
Fernando Fernández Tapias votaba en el Instituto Sorolla de Madrid con la Infanta Pilar de Borbón, ambos vecinos de Puerta de Hierro, donde también vivía su segunda mujer, Juana García Courel, con la que tuvo dos hijos; Sandra y Juan Carlos y de la que se separó provocando el divorcio más caro en España, hasta ese momento. Dado que ella también tuvo mucho que ver en el incremento de la fortuna familiar y así lo reclamó en los juzgados, que repartieron parte de la fortuna entre ambos. Juana no llevó nada bien la separación. Me atrevo a decir públicamente, porque la traté mucho en esa época, llegando a pasar un fin de año juntas en Cataluña invitadas por la empresaria Anna Cortina y varios veranos en la magnífica casa de Marbella de los Fernández-Tapias, que Juana se separó enamorada del empresario gallego.
Lamentablemente para ella, que se estaba recuperando de una tremenda enfermedad, Fernando se había enamorado de una amiga de su hija Sandra, que hoy es su viuda, Nuria González, con la que tuvo dos hijos que aún son estudiantes. Y se fijó en Nuria, después de un sonado romance con Mar Flores, que le dejó tocado en su hombría. Ahí Juana asumió que no había vuelta atrás.
Fernando Fernández Tapias y Nuria González
Nuria y Fernández Tapias acababan de celebrar su veintiún aniversario de boda y se preparaban para festejar en un par de semanas el 85 cumpleaños del empresario. Fefé, como se le conocía familiarmente era un entusiasta del Real Madrid pero llevaba mucho tiempo sin acudir al palco. Una señal de alarma de que algo no iba bien. Hace poco más de un mes, casualmente le pregunté a su esposa Nuria por él y me respondió como solía hacerlo; «Fernando está muy bien, yo no sé por qué siempre me preguntáis por él» y la explicación era lógica, siendo de la Junta del equipo como vicepresidente primero y siendo un gran forofo como socio durante treinta años, ya no acudía al campo y alguna vez lo hizo en silla de ruedas. Ella justificaba la ausencia «es que lo ve mejor en casa. Allí está más cómodo sentado en su butaca», así zanjaba Nuria el asunto.
La realidad es que su estado de salud era delicado desde hacía años. Ahora comienza otra dura batalla, dado que las tres familias que formó Fernando Fernández Tapias en vida, con sus tres mujeres; Victoria Riva, Juana García Courel y Nuria González y con las que tuvo ocho hijos, uno de ellos Bosco falleció cuando practicaba submarinismo, no se llevan especialmente bien. Siendo él un hombre generoso, cuando ibas a su casa todo el marisco, que le traían directamente desde Galicia, era poco para agasajar a sus invitados, habrá intentado dejar bien cerrados los flecos y que todos sus hijos queden bien cubiertos. Aunque los mayores ya le hicieran abuelo y se encarguen desde hace años de sus asuntos.
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