El éxito silencioso de Marta Ortega más allá del imperio de Inditex

Es bastante frecuente ver caminar a Marta Ortega Pérez una mañana cualquiera de domingo camuflada con gorra negra y ropa deportiva por el paseo marítimo cercano a su domicilio familiar en La Coruña. Vigilada de cerca por algún miembro del equipo de seguridad, eso sí. Algo lógico, pues preside la compañía más valiosa del Ibex 32, Inditex. Una compañía textil que fundó su padre hace 40 años y que ha alcanzado las mayores cotas de éxito, recientemente, bajo la presidencia de Marta Ortega. Una presidencia no ejecutiva que ocupa desde abril del año 22.

El pasado mes de enero cumplía 40 años. Una cifra redonda. Cuatro décadas de una agitada vida –no siempre entre algodones– a pesar de ser hija del hombre más rico del mundo, según algunos listados. La infancia de Marta no fue sencilla. Nació en Vigo y dio sus primeros pasos con la familia materna. Pero la vida le recompensó. Dos maridos, tres hijos, sus mismas amistades desde el colegio y algunas nuevas de renombre que se han ido incorporando por el camino.

Unos padres a los que adora, y con los que comparte domicilio en la planta alta de su casa de galerías que miran al mar en La Coruña. Y un trabajo que le apasiona: dirigir el imperio de moda que lidera el mercado mundial. Su impronta ya se ha dejado ver en las colecciones y en las cuentas de la empresa. Con muy buenos resultados. Más ventas y más valor en bolsa.

Marta Ortega vive con su segundo marido a caballo entre La Coruña, donde está el cuartel general de Inditex, –en Arteixo concretamente a pocos kilómetros del centro de la ciudad–, y Madrid. En la capital es propietaria de una espléndida vivienda en la Plaza de París, junto al Tribunal Supremo. Un edificio de lujo construido por un grupo empresarial, Mabel Capital, del que participa Rafa Nadal, entre otros. Ahí vive cuando está en Madrid. Muy cercana a sus suegros, por cierto, el modisto Roberto Torretta y su esposa Carmen Echevarría. Quienes en alguna ocasión se han dejado ver juntos por el parque cercano a su domicilio paseando a los nietos en compañía de Marta y Carlos.

Pero la mayor parte del tiempo está en La Coruña. Allí acuden sus hijos al colegio británico que fundó Amancio Ortega en las afueras de la ciudad. Y allí nació estas navidades el más pequeño de la casa, Manuel. Un bebé al que Marta Ortega paseaba en brazos el pasado fin de semana durante una jornada hípica en el Club de Campo de Madrid.

Con una amplia sonrisa y como es habitual con unos estilismos que marcan tendencia. Por algo ella, Marta Ortega Pérez es la mujer más importante en el universo de la moda actualmente. Es un referente, por su imagen y por su carrera. «Siempre he dicho que dedicaría mi vida a desarrollar el legado de mis padres, mirando al futuro, pero aprendiendo del pasado», afirmó cuando fue nombrada presidenta de Inditex.

No concede apenas entrevistas. Es extremadamente discreta y celosa de su intimidad. Adora los caballos. Dirige Casas Novas, el mejor centro hípico de España, regalo de su padre situado a pocos kilómetros de su nueva adquisición inmobiliaria: el pazo deAián, cercano al de sus padres en Anceis.

En noviembre de 2021, el Consejo de Administración de Inditex aprobó el nombramiento de Marta Ortega como presidenta del grupo, un cargo que se hizo efectivo el 1 de abril de 2022, tras sus estudios en Londres y tras una inmersión profunda en todos los departamentos de la empresa. Desde trabajar como dependienta hasta pisar los despachos en la sede gallega. Su sueldo ronda el millón de euros al año. Y un avión privado le espera siempre dispuesto en el aeropuerto de Alvedro para cualquier emergencia que surja.

Marta disfruta con la vida en familia. Está muy unida a su madre y admira a su padre. Suele esquiar en invierno y navegar en verano siempre acompañada de un grupo de buenos amigos a los que invita.

Su último proyecto es la Fundación MOP, un sueño cumplido creado cuando asumió la presidencia de Inditex. Una fundación donde da rienda suelta a sus pasiones: la fotografía, la moda y La Coruña, como ella misma dijo. Una iniciativa cultural que nace con vistas al puerto de la ciudad y que acaba de conseguir su sede permanente a orillas del mar. Una concesión estatal para una sede cultural que vibrará llenándose de exposiciones y charlas con artistas e intelectuales de prestigio que darán más vida cultural a la ciudad de cristal. Una gran idea por empeño personal de Marta Ortega, una ejecutiva y madre de familia que atraviesa un gran momento. Está feliz y no lo disimula.