El negocio poco rentable de la Infanta Elena que le da grandes alegrías

A sus 61 años, la Infanta Elena puede presumir de tener una carrera impecable, tanto a nivel personal como profesional. Es completamente discreta, está muy comprometida con la institución monárquica e intenta pasar inadvertida, pero su figura genera mucho interés y es inevitable que se convierta en noticia en ciertas ocasiones.

En las últimas horas acaba de salir a la luz que está inmersa en un negocio «ruinoso», según informa Silvia Taulés. Se trata de la cría de equinos, una actividad que genera ingresos sólo a los empresarios que le ponen mucho empeño y dedicación. El problema es que Doña Elena de Borbón no puede dedicarse a esto a tiempo completo, pues es directora de Proyectos Sociales y Culturales en la Fundación Mapfre y tiene otras obligaciones. Eso sí, puede sentirse orgullosa porque ha conseguido convertirse en un referente dentro del mundo de los caballos, tanto es así que hay un torneo inspirado en ella: el Trofeo Infanta Elena. Tal y como revela el diario Vanitatis, este proyecto conlleva mucho esfuerzo, pero a la Infanta le produce grandes satisfacciones. Este sábado participa en un torneo hípico, de hecho, su gran hobby.

En el Club de Campo

La hija del Rey Juan Carlos I aprovechaba las instalaciones del Palacio de la Zarzuela para tener allí a sus caballos, pero a partir de 2020 tomó la decisión de trasladarlos al Club de Campo de Madrid. Siguiendo la información aportada por el medio citado anteriormente, Doña Elena ha contratado a un mozo que le ayuda a llevar a sus animales a otros puntos de España cuando hay competiciones. Esta tarea es relativamente sencilla porque cuenta con su propia furgoneta, un vehículo que compró expresamente para esta tarea.

Hay que tener en cuenta otro dato importante. Los jinetes que se dedican de forma profesional a los concursos pueden ganar mucho dinero si todo sale bien, pero es una inversión arriesgada porque en las competiciones intervienen bastantes factores. Es decir, no todo es entrenar ni tener un buen caballo, existen otras cosas que no dependen del deportista ni del animal. El caso de la Infanta Doña Elena es interesante porque alguna vez a llegado a saltar 1.35 metros, como sucedió en 2014 en Segovia. No todo el mundo es capaz de conseguir esta marca, especialmente porque requiere de un entrenamiento continuo que no está al alcance de cualquiera.

Su pasión

Gran parte de la carrera de la Infanta Elena en el mundo de la hípica ha estado supeditada por Felipe Zuleta, un jinete militar que entrenó a la hermana de Felipe VI durante más de diez años. La cuestión es que era un profesional muy solicitado y terminó marchándose a Mónaco en 2015 para tomar las riendas de la trayectoria de Íñigo de la Osa, un jinete muy importante que enseguida se hizo un hueco entre sus compañeros.

Doña Elena de Borbón ahora no tiene un entrenador fijo. La periodista Silvia Taulés sostiene que utiliza los conocimientos que adquirió en el pasado para preparar sus torneos. Eso sí, de vez en cuando pide consejo a algún conocido. Tiene muchos contactos y algunos son eminencias en el sector, así que tiene oportunidad de completar su formación de una manera sencilla. Ha decidido emprender una carrera marcada por la independencia. Sí, por el camino ha invertido mucho dinero, pero también ha recogido numerosas muestras de apoyo y puede presumir de haber alcanzado grandes logros.

No hay que olvidar que es un deporte arriesgado. En mayo de 2024, Doña Elena tuvo una lesión mientras montaba a su caballo. Se hizo un esguince tras una pequeña caída. No obstante, su amor por este proyecto le ha animado a seguir caminando con ilusión.