La nueva vida de soltero de Luis Figo en el barrio de Salamanca

Desde hace semanas, Luis Figo ha emprendido una nueva etapa personal que deja entrever una distancia evidente respecto a su vida familiar habitual. El exfutbolista portugués, retirado de los terrenos de juego pero muy presente en el ámbito empresarial, ha fijado su residencia en un piso de alquiler en el barrio de Salamanca, uno de los enclaves más exclusivos de Madrid. Así lo ha confirmado El Debate, medio que documentó su presencia recurrente en la zona en lo que parece ya una rutina consolidada.

Las imágenes publicadas muestran a Figo entrando y saliendo de una finca señorial —como corresponde al perfil del barrio—, vestido informalmente o con bolsas de la compra, camino de alguna cena con amigos. Su nuevo piso ronda los 150 metros cuadrados, cuenta con dos habitaciones, dos baños y está ubicado en una de las calles más caras de la ciudad. No es un ático con vistas, pero tampoco es un retiro modesto: es el lugar donde ha comenzado, discretamente, su nueva vida.

Atrás quedó la convivencia con su mujer, la modelo sueca Helene Svedin. Fue precisamente la cabecera citada anteriormente quien, el pasado 24 de abril, reveló que la pareja llevaba tiempo haciendo vidas separadas. No ha habido comunicados, ni escándalos ni titulares rotundos. La relación, aseguran fuentes cercanas, sigue siendo cordial, especialmente por el bienestar de sus tres hijas en común. De hecho, el pasado Día de la Madre, Figo le dedicó en Instagram un mensaje afectuoso: «Te quiero mucho y te echo de menos». Una declaración que muestra afecto, sí, pero también una cierta distancia. La última vez que se les vio públicamente juntos fue el 14 de febrero, en una cena por San Valentín. Desde entonces, silencio.

Mientras tanto, el astro portugués no se ha recluido en la discreción. En redes sociales continúa mostrando su actividad como empresario vinculado al mundo de la moda, lanzando nuevas colecciones de su firma. A ello se suma su participación habitual en eventos deportivos y sociales. Hace solo unos días fue fotografiado en el prestigioso restaurante Asador Etxebarri, en Vizcaya, considerado uno de los templos de la cocina de brasas a nivel mundial. También se le ha visto el pasado 15 de mayo en la Feria de San Isidro, disfrutando de una tarde de toros en Las Ventas. Una aparición más que confirma que Luis está aprovechando esta nueva etapa personal para dejarse ver por los planes más clásicos —y castizos— de la capital.

Por su parte, Helene ha reforzado su perfil independiente. Su pasión por la hípica ocupa buena parte de su tiempo: entrena con su caballo Raio y participa en competiciones de Doma Clásica. Además, continúa presente en sus redes sociales, donde comparte viajes y escapadas. Recientemente estuvo alojada en el hotel Palacio Arriluce de Getxo, en Vizcaya. Curiosamente, coincidió en fechas con la visita de Figo a la zona, aunque por motivos muy distintos: ella por descanso, él por trabajo en torno a la final de la Europa League.

La residencia familiar, sin embargo, sigue en pie. En 2019, la pareja adquirió un espectacular piso de más de 300 metros cuadrados en la Milla de Oro madrileña, valorado en 2,3 millones de euros. Fue decorado al gusto de Helene, quien permanece allí con sus hijas. Figo, en cambio, ha optado por instalarse en otro barrio, iniciar nuevas rutinas y, de momento, mantener perfil propio.

Luis Figo y Helene Svedin se conocieron a finales de los años 90, cuando él ya era una estrella del fútbol y ella triunfaba como modelo en Europa. Pronto empezaron una relación que se volvió muy sólida, convirtiéndose en una de las parejas más queridas del mundo del deporte y la moda. Juntos tuvieron tres hijas —Daniela, Martina y Stella— que siempre han estado lejos del foco mediático.

Durante más de veinte años compartieron su vida entre Madrid y otras ciudades europeas, y siempre fueron muy discretos con su vida privada. Por eso, su separación ha sorprendido: sin escándalos, pero dejando atrás una historia que parecía muy estable. Ya en 2022, hubo una pequeña crisis de pareja y Figo se fue unas semanas del domicilio familiar, algo que ahora cobra más sentido viendo cómo han evolucionado las cosas.