Las horribles últimas semanas de Hulk Hogan antes de morir

Hulk Hogan fallecía este jueves en Florida (Estados Unidos) por un ataque al corazón. Fue el colofón de una larga lista de problemas de salud que arrastraba de sus años en la industria de la lucha libre.

El abuso de esteroides, las repetidas lesiones que sufrió en el ring, los exigentes entrenamientos para mantener su físico y la interminable lista de operaciones, le pasaron factura a Terry Gene Bollea (su verdadero nombre). Igual que los calmantes que tomaba para soportar el dolor de los golpes que había recibido: le convirtieron en un adicto.

«Los tomaba con mucha frecuencia porque había sufrido 25 operaciones, incluyendo diez en la espalda, cirugías faciales por patadas, reemplazos de rodilla y cadera, intervenciones abdominales y de hombro», explicaba el propio Hogan durante una entrevista.

Y agregaba: «Hubo un período, en el que tenía un dolor terrible que me impedía incluso moverme. Necesitaba analgésicos, pero una vez que las cosas empezaron a calmarse, siguieron dándome los mismos medicamentos. Se convirtió en un círculo vicioso».

La muerte repentina del luchador deja más dudas en el aire sobre si eran verdad o no los rumores de que su salud pendía de un hilo. Personas cercanas a Hogan revelan ahora que había perdido mucho peso en los últimos tiempos, se cansaba con facilidad y necesitaba oxígeno por sus dificultades para respirar. «Su vida se consumía en su mansión de Clearwater», asegura una fuente al Daily Mail. Un santuario junto al mar donde la leyenda de WWE pasó sus últimos días, alejado del bullicio y los curiosos.

A mitad de junio, se llegó a aseverar que Hogan estaba en su lecho de muerte, o incluso en coma. «Supuestamente, Hogan está en el hospital y he oído a gente decir que podría no sobrevivir», aseguraba Todd Clem en su programa de radio The Bubba the Love Sponge Show.

Tanto los representantes de Hogan como su tercera mujer, Sky Daily, negaron tales afirmaciones. Se limitaron a declarar que Hulk Hogan se había sometido a una cirugía de cuello en mayo y que se estaba recuperando rápidamente.

Dos años atrás, en 2023, su amigo y compañero de lucha libre, Kurt Angle, daba detalles de cómo se habían deteriorado las capacidades físicas de Hogan. Por lo visto, según Angle, a Hogan le habían cortado los nervios de la parte inferior del cuerpo durante una cirugía, lo que le provocó pérdida de sensibilidad.

«Usa su bastón para caminar. Pensé que era porque tenía dolor de espalda, pero no tiene ningún dolor: no siente nada en absoluto», aseguraba Kurt Angle.

Al día siguiente de morir Hulk Hogan, su tercera mujer reconocía en redes sociales que el luchador lidiaba «con problemas de salud», pero sin entrar en más detalles. «Realmente creía que los superaríamos. Tenía mucha fe en su fuerza. Pensé que aún teníamos más tiempo», escribía Sky Daily en Instagram.