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Mariló Montero, en el Festival de VitoriaGtres

La triple tragedia que marcó la vida de Mariló Montero

La colaboradora navarra ha relatado algunos de los episodios más duros durante su participación en Masterchef Celebrity

A Mariló Montero la vida la ha puesto muchas veces a prueba. Ha llorado pérdidas irreparables, ha soportado críticas feroces y ha estado bajo el foco de una opinión pública que pocas veces perdona. Y, sin embargo, sigue ahí, fuerte, vital y con una presencia que no se explica por casualidad. A sus 60 años, la periodista demuestra que el tiempo se puede mirar de frente si se vive con disciplina, deporte y, sobre todo, con verdad.

Su rutina es casi un manifiesto. Mientras gran parte del país duerme, ella ya ha iniciado el día. A las cuatro de la mañana , en la intimidad de su casa, sube a la elíptica. Ese aparato, que muchos relegan a un rincón polvoriento del gimnasio, se ha convertido para ella en un símbolo de resistencia. Cuarenta y cinco minutos cada día que no son una penitencia, sino un ritual. Un tiempo que equivale a una sesión completa de cardio: quemar calorías, mejorar la resistencia, fortalecer piernas y glúteos y, al mismo tiempo, cuidar articulaciones al ser un ejercicio de bajo impacto.

El chapuzón de Mariló Montero cuando no está cocinando

«Me machaco en el gimnasio todos los días al menos una hora, el deporte me atrae», dijo en otra ocasión. No se trata de vanidad. Para ella, el deporte es salud, es independencia, es equilibrio. Lo cuenta con la misma naturalidad con la que habla de su dieta mediterránea, sencilla y consciente. No hay fórmulas mágicas, ni obsesiones de balanza. Pero sí hay constancia, sí hay un compromiso con sentirse bien. «Cuando me paso con la comida me machaco más», ha confesado, resumiendo a la perfección su filosofía: no se priva de lo que le gusta, pero tampoco se engaña. Y, en el fondo, también está la presión. Porque, aunque ella la desafíe, sabe que como mujer, y más aún como mujer pública, se le exige más.

Lo interesante es que la navarra no oculta el precio de su camino. En MasterChef Celebrity sorprendió al público al compartir la tragedia que la marcó de por vida: el accidente de tráfico en el año 2000 en el que perdió a su padre y a su mejor amiga, Villar.

El momento surgió cuando Alejo Sauras le preguntó si había tenido un alma gemela. Ella, sin titubeos, comenzó a relatar: «Con 19 años me fui a vivir a Costa Rica y mi padre se preocupó de que conociera a alguien allí porque, evidentemente, él estaba preocupado». Fue entonces cuando explicó que, a través de él, conoció a una joven navarra con la que forjó un vínculo inseparable. Cuando el actor quiso saber si todavía mantenían contacto, llegó la confesión que nadie esperaba: «Se mató en un coche con mi padre». La presentadora detalló con crudeza el accidente: «Mi padre fue a recogerla al aeropuerto, que venía de estar conmigo unos días en Sevilla, y se metió en un punto negro de la carretera. Se estrelló contra una furgoneta. Mi padre se equivocó de dirección y se mataron los dos en el acto. Esa era mi alma gemela». El destino volvió a golpearla en 2007 con la muerte de su hermano Iñaki en otro accidente de tráfico. Aquella nueva tragedia la endureció aún más y reforzó su filosofía: «Yo trato de llorar las cosas una sola vez».

No esconde ni sus ideas ni sus pasiones: defiende lo que cree, ama los toros, responde sin filtros, y eso le ha valido titulares polémicos y críticas constantes. Pero también le ha otorgado algo mucho más valioso: autenticidad.