Se encuentra en uno de los mejores barrios de París, apodado como la campiña parisina
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Así es el palacete parisino en el que se refugia Sarkozy tras ser condenado a 5 años de cárcel
Con sus techos altos, acabados refinados y una ubicación ideal, su casa ejemplifica el gusto de la pareja por el lujo sobrio y la elegancia parisina
Mucho antes de entrar en el Elíseo, Nicolas Sarkozy vivió en un entorno excepcional: una mansión privada en la Rue Fortuny, en pleno distrito 17 de París. Entre fachadas renacentistas y la atmósfera sobria de la Plaine Monceau, el expresidente pasó allí gran parte de su infancia, antes de mudarse años después a otra residencia igualmente prestigiosa en el exclusivo barrio Villa Montmorency.
Es en ella en la que ha vivido su particular cruzada con la justicia y la que se verá obligado a abandonar en caso de tener que cumplir con los 5 años de cárcel a los que ha sido condenado por utilizar fondos ilícitos del difunto líder libio, el coronel Muamar Gadafi, para su campaña política.
Lejos del bullicio mediático, el expresidente comparte residencia con Carla Bruni en una de las zonas más exclusivas de París. Este barrio privado apodado la campiña parisina, casi invisible al público, ha atraído desde hace tiempo a la élite mundial. Además de celebridades contemporáneas, aquí residieron iconos literarios como Victor Hugo, André Gide y Guillaume Apollinaire.
«La única entrada de la residencia, en la Rue Poussin, está vigilada las 24 horas del día por un equipo de guardias que patrullan día y noche», informa Le Parisien. Un letrero colocado en la puerta de entrada, que indica que el acceso está prohibido al público, también advierte que los curiosos no son bienvenidos en la villa. Solo se permite la entrada a quienes tengan invitación. Cualquier persona indiscreta que desee visitarla se arriesga a ser procesada y a la inmovilización de su vehículo.
Inaccesible al público general, este enclave ultraseguro cuenta con casas de entre 150 y 1000 m², con precios que alcanzan los varios millones de euros. En 2017, por ejemplo, la casa de Céline Dion se vendió por 9 millones de euros.
En este sentido, ser propietario de una propiedad en Villa Montmorency tiene un precio elevado. Las viviendas de acceso comienzan en unos 3 millones de euros, pero los precios pueden superar con creces los 50 millones, con un precio medio por metro cuadrado que oscila entre los 12.000 y los 20.000 euros.
Los Sarkozy la adquirieron en 2012, justo después de su salida del Elíseo y se distingue entre las demás por su discreto refinamiento. Tras sus altos muros, esta mansión parisina en la que también vivió Hubert Bokobza combina la elegancia parisina con una intimidad excepcional. Sin embargo, a pesar de la discreción, se han filtrado algunos detalles. «Es un lugar mágico», confió Carla Bruni a Le Parisien, recordando cómo lo descubrió durante una fiesta hace más de veinte años.
Se quedó prendada de ella y cuando pudieron comprarla, la renovó con una decoración ecléctica que combina muebles art déco, pinturas flamencas e instrumentos musicales de todo tipo. Además de las estancias tradicionales con todo tipo de lujos, posee un estudio de grabación personal, donde la cantante da rienda suelta a su creatividad y que ella misma ha descrito como la habitación de un adolescente, repleto de guitarras y fotos que cubren las paredes.
En la habitación anexa, Nicolas Sarkozy tiene un espacio decorado con volúmenes de La Pléiade, que refleja su gusto por la literatura clásica. Entre los elementos visibles en las fotos publicadas por Carla Bruni en Instagram, también es posible distinguir una escalera de hierro forjado, un suelo de damero blanco y negro y un violín colocado sobre un mueble de época. Un ambiente refinado y cálido que demuestra cómo es el arte de vivir en una burbuja privada y en donde cada estancia evoca un estilo muy particular, entre la tradición y la originalidad.