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Pablo Alborán en el gimnasio

El completo desayuno que toma Pablo Alborán para mantenerse en forma y con energía

A sus 36 años, el cantante ha confesado que sale a correr a diario con su perro y cuida sus horas de sueño

Si alguien imaginaba que la fórmula secreta de Pablo Alborán para conservar un aspecto joven incluía una rutina imposible, descubrirá que la realidad es infinitamente más terrenal. El intérprete malagueño lo resume en tres pilares tan sencillos de escribir como difíciles de cumplir: correr cada día como si el tiempo fuese un rival al que no piensa conceder ventaja, desayunar con la misma disciplina que un deportista profesional y dormir lo suficiente. Así, ha convertido su rutina diaria en un entramado de constancia y cuidado que explica por qué, a los 36, transmite esa vitalidad.

La enfermedad de un familiar marcó profundamente su vida personal y, de paso, el origen de su disco KM0. El músico explica que ese periodo le obligó a detenerse y replantearse la forma en que vivía y se trataba a sí mismo. Antes, reconoce, era incapaz de perdonarse un error y se castigaba con una dureza que nacía tanto de su perfeccionismo como de la presión de la industria musical. Hoy, en cambio, ha aprendido a reírse más de sus fallos y a vivir con mayor ligereza, lo que también se refleja en su manera de cuidarse.

Ese cambio emocional se acompaña de una evidente transformación física que sus seguidores han comentado en los últimos tiempos. Durante años, el artista era discreto y reservaba su intimidad corporal. Sin embargo, ahora comparte imágenes en las que se aprecia mayor masa muscular, más definición y un bienestar físico generalizado. El músico admite que abandonó la obsesión por levantar grandes cantidades de peso y que ahora prefiere el entrenamiento funcional, una modalidad que combina fuerza, resistencia y movilidad y que resulta perfecta para su ritmo de vida. Para él, el ejercicio no es negociable y asegura que si no entrena, duerme peor y se siente menos centrado.

Dentro de ese esfuerzo continuado, correr ocupa un lugar protagonista. El malagueño sale a correr entre una hora y hora y media casi todos los días, siempre que puede en plena naturaleza y en compañía de su perro Terral. Esa misma constancia se aprecia también en su alimentación, que él define con humor como «psico-macrobiótica» para expresar que prioriza la comida real, los productos frescos y el equilibrio por encima de cualquier dieta estricta.

Pablo AlboranGTRES

El cantautor apuesta por alimentos sencillos, pero nutritivos, muchos de ellos cultivados en su propio huerto, como boniato, gambas, palmitos o ajo crudo. Sin embargo, su desayuno merece capítulo aparte por su contundencia y por el impacto que tiene en su rendimiento. Alborán prepara cada mañana un plato compuesto por ocho claras y un huevo, varias lonchas de jamón cocido, dos tostadas de pan de centeno con aceite de oliva y un cuenco de queso batido con melocotón. Es una combinación rica en proteínas de alta calidad, grasas saludables y carbohidratos de liberación lenta que le permite sostener un nivel alto de actividad física sin altibajos de energía. A veces reemplaza este ritual por sopa de miso, una receta japonesa conocida por favorecer la digestión y reforzar el sistema inmunitario.

A pesar de esa disciplina, reconoce que le encanta el azúcar y que no siempre puede resistirse. Su manera de gestionarlo es sencilla y realista: si un día se concede una hamburguesa, una pizza o cualquier capricho, equilibra el resto de la jornada o del día siguiente.