Posado de Sara Montiel y Toni Hernández en 2002.
La vida austera en Cuba de Tony Hernández, el último marido de Sara Montiel
Tras una boda secreta vendida en exclusiva y un romance que paralizó a la prensa del corazón, Tony Hernández vive hoy en La Habana de forma sencilla
Hubo un tiempo en el que la prensa del corazón española vivió una auténtica fiebre caribeña, con romances de grandes estrellas del espectáculo y jóvenes cubanos que, de repente, se convertían en personajes mediáticos. En ese contexto surgió la historia más insólita de todas: la de Sara Montiel y Tony Hernández, un admirador anónimo que terminó casándose con la artista más icónica del cine español.
La historia comenzó en 2001. Sara, con 72 años, seguía siendo un símbolo nacional. Tras cerrar un romance con el italiano Giancarlo Viola, recibió el contacto de un fan desde La Habana. Tony, 37 años menor, la admiraba desde niño. Durante meses hablaron por teléfono hasta que él decidió dar el salto: reunió sus ahorros, voló a Madrid y la conoció en persona. Según contaron después, la conexión fue inmediata. En una época de audiencias desorbitadas y exclusivas millonarias, su romance paralizó al país.
En octubre de 2002 se casaron en secreto en los juzgados. La exclusiva de la boda se publicó en ¡Hola! bajo el titular «La boda de Sara Montiel y Tony Hernández», y convirtió a aquel desconocido en protagonista absoluto de la crónica rosa. Según se dijo en la época, la exclusiva habría alcanzado los 120.000 euros. Sin embargo, el matrimonio fue breve: en la primavera de 2003 ya estaban separados. El ruido mediático desapareció tan rápido como había llegado, y Hernández regresó a Cuba, dispuesto a rehacer su vida lejos de los focos.
Sara Montiel y Tony Hernández
Su regreso a la isla marcó el inicio de una etapa muy distinta a la vivida en España. Se instaló en una barriada humilde de San Antonio de los Baños, en La Habana, el municipio donde había estudiado en la Escuela Internacional de Cine y Televisión. Alejado del centro turístico de la capital, se trata de una zona de viviendas modestas y recursos limitados, donde el nivel de vida depende casi siempre de trabajos informales y salarios bajos. El contraste con el mundo de exclusivas y platós fue inmediato.
Durante un tiempo intentó mantenerse vinculado al audiovisual, pero terminó aceptando empleos más cotidianos. Él mismo ha contado que hoy vive de varios trabajos, combinando pequeños proyectos relacionados con el cine con el cuidado de personas mayores, una actividad que le permite salir adelante en un contexto económico complejo. En Cuba, el salario mínimo mensual ronda los 2.100 pesos cubanos, unos 14 euros, mientras que el sueldo promedio no supera los 6.500 pesos, alrededor de 46 euros. Tony asegura que lleva una vida austera, sin lujos, similar a la de muchos de sus vecinos. Su vivienda es sencilla y su día a día transcurre entre el trabajo y los recuerdos de su etapa junto a la artista.
Esa memoria personal cobró mucha fuerza tras la muerte de Sara Montiel, en 2013. Hernández ha reconocido que aquella noticia le afectó profundamente y lo llevó a acudir por primera vez a terapia psicológica. Siempre ha defendido que su cariño por la actriz fue auténtico y que aún conserva fotografías suyas en casa. En más de una ocasión ha asegurado que, si hubiera querido aprovecharse de su fama, su vida sería distinta a la que lleva hoy en el país comunista.
La actriz Sara Montiel y su novio Toni Hernández en una imagen de 2001
Lejos de la popularidad que alcanzó de manera repentina, vive sin redes sociales y apenas aparece en los medios. Su última visita a España fue en 2024, cuando viajó a Campo de Criptana, la ciudad natal de Montiel, para rendirle un homenaje personal. Según contó, ese pueblo manchego fue uno de los primeros lugares que conoció junto a la artista.
La vida sentimental de Sara Montiel estuvo marcada por cuatro grandes historias matrimoniales. La primera fue con el director de cine Anthony Mann, con quien se casó en Hollywood en 1957. De vuelta en España, contrajo matrimonio en 1964 con el empresario José Vicente Ramírez Olalla. Su tercera boda llegó en 1979 con el periodista José Tous Barberán, con quien formó su familia al adoptar a sus dos hijos.