La Infanta Cristina, este miércoles, en Barcelona
Por qué la Infanta Cristina no ha vuelto a enamorarse tres años después de su ruptura con Urdangarin
La hija del Rey Juan Carlos coincidió este miércoles con su exmarido en un partido de balonmano de su hijo Pablo
Lejos de los focos y de cualquier titular sentimental, la Infanta Cristina atraviesa una etapa marcada por la calma y la discreción. A sus 60 años, y con sus cuatro hijos ya adultos e independientes, no ha vuelto a iniciar una relación amorosa conocida. Instalada en Ginebra, ha optado por una vida ordenada y alejada del ruido mediático, centrada en su trabajo internacional en la Fundación La Caixa y en una rutina tranquila que combina deporte, lectura, salidas con amigos y práctica religiosa. Aunque fue fotografiada en el aeropuerto de Bogotá junto a un hombre cuya identidad no llegó a confirmarse, el episodio no tuvo continuidad ni derivó en una relación pública. Según su entorno más cercano, se encuentra serena y satisfecha con este momento vital. Cuando personas de confianza le sugieren que podría volver a enamorarse, su respuesta es clara: no tiene pareja, no la busca y se siente cómoda tal y como está ahora.
Esta elección personal contrasta con el camino que ha seguido su exmarido, Iñaki Urdangarin, quien sí ha rehecho su vida sentimental junto a Ainhoa Armentia. La relación se inició en 2021, cuando ambos coincidieron en el bufete de abogados en el que trabajaban en Vitoria, y salió a la luz en 2022 tras la publicación de unas imágenes paseando juntos por la playa de Bidart. Tres años después, su vínculo está plenamente consolidado. La pareja reside en la capital alavesa, donde él ha iniciado una nueva etapa alejada de la vida institucional que mantuvo durante años
La Infanta Cristina
En este contexto vital tan distinto, la reciente coincidencia entre ambos ha despertado un notable interés. No fue una cita buscada ni una imagen preparada, pero bastó para atraer la atención. La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin volvieron a coincidir en el mismo lugar, algo poco habitual desde que pusieron fin a su matrimonio. El escenario fue un pabellón deportivo, durante uno de los partidos de balonmano que disputa su hijo Pablo Urdangarin, una cita a la que ambos suelen acudir con frecuencia, aunque casi siempre por separado.
El reencuentro se produjo, además, en un momento especialmente sensible. Apenas unos días antes, el exduque de Palma había concedido una entrevista en el programa Pla seqüència, en la que hablaba abiertamente de su vida actual y del vínculo que mantiene con la madre de sus hijos, a quien definió como uno de los grandes amores de su vida. A ese testimonio se sumó el anuncio de la próxima publicación de sus memorias, lo que volvió a situarlo en el centro de la actualidad mediática. Hasta entonces, Doña Cristina no había realizado ninguna aparición pública tras esas declaraciones.
Durante el partido, ambos se mantuvieron centrados en animar a su hijo, que tuvo una participación destacada en la victoria del Fraikin BM Granollers frente al Irudek Bidasoa Irún por 32 a 29. Aunque evitaron cualquier tipo de contacto entre ellos, la hermana de Felipe VI se mostró especialmente implicada en el desarrollo del encuentro, animando desde la grada, celebrando las jugadas y siguiendo el partido con visible entusiasmo.
La Infanta Cristina y Pablo Urdangarin
Las imágenes difundidas reflejan una escena marcada por la distancia. Ocuparon zonas distintas del pabellón, él situado en la parte superior de la grada junto a dos amigos y ella más abajo acompañada por varias amigas. En el descanso, ambos coincidieron brevemente al salir por la misma puerta, separados por apenas unos metros, sin cruzar miradas ni intercambiar gestos. Tras el pitido final, la celebración volvió a ser familiar, aunque por separado. Doña Cristina abandonó el recinto junto a Pablo, mientras que Urdangarin se marchó por otro lado, evitando cualquier coincidencia posterior.
Este tipo de encuentros ilustran la relación actual entre ambos cuando coinciden en público, correcta pero distante, y evidencian que, pese a llevar vidas muy diferentes, comparten una prioridad que permanece intacta: el apoyo a sus hijos, incluso cuando el contexto personal es complejo.