Miguel Ángel Perera, el torero favorito de Feijóo y su anfitrión en el campo extremeño

No es un matador de toros al uso, ni es un personaje de revista rosa aunque ha sido noticia en más de una ocasión por sus asuntos personales y su amistad con Carmen Martínez Bordiú. Pero aún así, Miguel Ángel Perera no se prodiga demasiado en sus apariciones en los medios de comunicación. Es serio y hermético con su vida privada, y poco dado a ser protagonista, aunque en esta ocasión ha ejercido de anfitrión junto a Verónica, su mujer, (hija de Pedro Gutiérrez Moya, El Capea) en su finca con Alberto Núñez Feijóo. Esta semana pasaron juntos un día en el campo. Una velada que el propio líder del PP ha compartido en su perfil de Instagram. «Acompáñame a pasar un día con Miguel Ángel Perera», escribe.

El presidiente del PP mantiene una relación cercana, de amistad, con el torero extremeño que vive a caballo entre su tierra y la tierra de su mujer, Verónica. Las dos tierras de toros bravos y de dehesas con encinas centenarias. Son cercanos, desayunan de vez en cuando juntos, e incluso Feijóo fue a verle en San Isidro a Las Ventas este año.

Precisamente en el vídeo que comparte el líder del PP se ve cómo recorre la finca de su amigo en Extremadura haciéndole preguntas sobre un asunto, los toros, que no domina al cien por cien. «Tú te puedes quedar con esto?», pregunta con curiosidad Feijóo a Perera señalando una de las cabezas de toro que cuelgan del salón de su casa junto a los vestidos de torear de las mejores tardes. Una visita en la que Feijóo incluso se atreve a pisar el cercado donde están encerrados los toros, acompañado por Perera, eso sí, quien le explica los secretos de la cría del toro de lidia sobre el terreno. Un oficio precioso con su magia y su dureza. «Gracias por la visita, ya sabes dónde estamos», le dice Perera cuando se despiden tras haber jugado un ratito al futbolín entre risas. Una escapada que coincide con la campaña electoral de María Guardiola, y una escapada en la que el político gallego cogió frio y se resfrió, por cierto, tal y como él mismo confesó.