13 de abril de 1922: el Príncipe Otto, heredero del trono húngaro

«El Gobierno ha reconocido al Príncipe Otto, hijo mayor del exemperador Carlos, como legítimo sucesor al trono de Hungría», se podía leer en El Debate. Al subir su padre al trono en 1916, Otto de Habsburgo-Lorena (1912-2011) se convirtió en Príncipe heredero. Sin embargo, con el final de la Primera Guerra Mundial quedó desmantelado el Imperio austrohúngaro y surgieron tras ello unos nuevos Estados sucesores: Checoslovaquia y la pequeña Austria se proclamaron repúblicas, Hungría continuó con una monarquía antes del Tratado de Trianon, que redujo brutalmente las fronteras y la población de dicho país, que cuyo jefe del Estado fue el almirante Miklós Horthy.

Los dos intentos del Emperador y Rey Carlos de volver como Rey a Hungría no tuvieron éxito. Todo ello llevó al exilio de la familia imperial austrohúngara. La familia vivió en el exilio en la isla portuguesa de Madeira, donde su padre Carlos falleció en el año 1922, lo que hizo a Otto heredero del trono a los diez años de edad. «Lo único que me dijeron después de la muerte de mi padre fue que tenía que asumir las obligaciones para las que un Emperador o un monarca es preparado», recordaba el propio Príncipe heredero en una entrevista para el diario austriaco Die Press en 2007.

Tras el exilio, la vida de Otto transcurrió entre Francia, España, Bélgica, donde obtuvo su doctorado en la Universidad Católica de Lovaina; EE. UU., donde durante los años 30 y desde su exilio luchó contra el nacional-socialismo y contra la anexión de Austria por el Tercer Reich. No pudo volver a Austria hasta 1966, después de 48 años de exilio y 5 años de lucha jurídica. Y finalmente en Alemania, donde consiguió construir una sólida carrera política como europeísta desde 1979 a 1999, en el seno del partido democristiano CSU Unión Social Cristiana de Baviera y presidente de la Unión Internacional Paneuropea.