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«Todos sanos y salvos», fotografía de la partida del James Caird, retocada por el fotógrafo Frank Hurley para recrear el regreso de Shackleton.

«Todos sanos y salvos», fotografía de la partida del James Caird, retocada por el fotógrafo Frank Hurley para recrear el regreso de Shackleton

Hace 100 años en El Debate

5 de mayo de 1922: el entierro de Shackleton, explorador irlandés de la Antártida

A comienzos de 1914, Ernest Shackleton, se embarcaría en una nueva expedición que recibió el nombre de Expedición Imperial Transatlántica a bordo del barco Endurance. Pero desgraciadamente, el navío quedó atrapado en una capa de hielo flotante que lo fue aplastando lentamente y lo acabó hundiendo el 21 de noviembre de 1915.

Durante casi dos meses, Shackleton y su equipo acamparon sobre una gran banquisa de hielo a la espera de que su deriva los acercara a la isla Paulet, a unos 400 kilómetros donde se encontraban almacenados sus suministros. A tan solo 100 kilómetros de la isla, Shackleton ordenó a su equipo embarcar en los botes salvavidas y poner rumbo a la tierra más cercana. Después de varios días navegando, consiguen desembarcar, agotados, en la isla Elefante. Pero siendo esta un lugar inhóspito, el explorador irlandés se arriesgaría a emprender un viaje en bote hasta las estaciones balleneras de las islas Georgias del sur, donde sabía que encontraría ayuda.

Una vez más, emprendió el viaje acompañado por cinco de sus hombres el 24 de abril de 1916 y en las siguientes semanas navegaron a la merced de las aguas de un océano agitado por las tormentas marinas. El 8 de mayo divisaron los acantilados de Georgia del Sur. Sin querer arriesgarse más por las furiosas aguas, Shackleton tomó la decisión de cruzar la isla por tierra para llegar a la estación ballenera, a la cual llegaron el 20 de mayo.

El bote James Caird se hace a la mar desde la costa de la isla Elefante, 24 de abril de 1916

Sin perder, el capitán de la expedición transatlántica, envió inmediatamente un bote para recoger a los tres hombres que se habían quedado en la costa sur mientras él organizaba el rescate de los hombres de la isla Elefante, que llevaban aislados allí cuatro meses y medio. Tras esta aventura fue considerado un héroe.

En 1921 el explorador organizó un nuevo viaje a la Antártida con fines científicos, la Expedición Shackleton-Rowett, pero antes de que esta llegara al continente helado, Ernest Shackleton sufrió un ataque al corazón y murió mientras su barco, el Quest, estaba amarrado en las islas Georgias del Sur en enero de 1922. El Debate recogía en su número del 5 de mayo su funeral que tuvo lugar el mes pasado en el cementerio de Grytviken, Georgia del Sur: «El cuerpo del famoso explorador fue conducido a hombros de los pescadores escoceses al pequeño cementerio situado en la colina. Fue enterrado entre otros marinos, colocándolo mirando hacia el Polo Sur» siguiendo la voluntad del heroico explorador.