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18 de abril de 2024

Caricatura titulada: «La emancipación femenina», 1850

Caricatura titulada «La emancipación femenina», de 1850

Picotazos de historia

Los 'Bloomers' o cuando la moda sufragista norteamericana fracasa en Inglaterra

Amelia Bloomer postulaba la necesidad de una vestimenta que se adecuase a las necesidades y deseos de las mujeres y llegó a alterar ropas que utilizaban para andar por las montañas. Dicha vestimenta pasó a denominarse Bloomers

En 1848, Amelia Bloomer ( 1818-1894), asistió a la primera convención norteamericana sobre los derechos de las mujeres, celebrada en Séneca Falls (Nueva York). Inspirada por las resoluciones allí adoptadas, decidió abrir un periódico donde dar difusión a las ideas sufragistas y sobre los derechos de las mujeres. En 1849 se inauguró The Lily (El Lirio), el primer periódico por y para mujeres. Entre muchas cuestiones –el periódico daba consejos útiles en diferentes aspectos, apoyaba la visión de las sociedades defensoras de la templanza, etc. No limitándose a la visión político/reivindicativa– Amelia Bloomer propugnaba un cambio en los estándares estéticos de la sociedad.
Se demostró que el corsé era dañino a largo plazo pero seguía siendo pieza indispensable del vestuario de la época, tanto de hombres como de mujeres. Amelia postulaba la necesidad de una vestimenta que se adecuase a las necesidades y deseos de las mujeres, al tiempo que se demostrase útil, confortable y saludable. Con esa idea en mente, retocaron unas ropas que utilizaban para andar por las montañas. Vistieron con ellas a Elisabeth Smith Miller, conocida activista por el movimiento de la templanza y los derechos femeninos y referencia social, con el resultado que todas las señoras empezaron a vestir lo que se llamó «el vestido Bloomer» o, simplemente, Bloomers. Este consistía en unos pantalones bombachos ( o «a la turca») que cerraban en el tobillo, una falda ligeramente acampanada a la altura de las rodillas y un chaleco. La vestimenta cumplía la doble misión de resultar cómoda y llamar la atención sobre el movimiento feminista.
Representación de Amelia Bloomer con el famoso disfraz de "bloomer" que lleva su nombre

Representación de Amelia Bloomer con el famoso disfraz de bloomer que lleva su nombre

Ese mismo año de 1851 se llevó a cabo en Londres la Gran Exposición –la primera Exposición Universal– y las norteamericanas llevaron los Bloomers a sus compañeras británicas. Para fomentar la nueva vestimenta estético- representativa, la lucieron en los actos más destacados, lo que tuvo gran repercusión en los diarios dentro de la de moda y sociedad. En octubre de ese año, cuando los Bloomers estaban en boca de todos, organizaron en Queen´s Concerts Rooms (el equivalente al Teatro Real de Madrid en Londres) un gran baile en el que las señoras debían, obligatoriamente, vestir esta prenda. La idea era que el acto representara el espaldarazo social y popularizara la vestimenta en el Imperio Británico. Esa era la intención...y el tiro les salió por la culata.
El acto tuvo mucha asistencia femenina vistiendo la nueva moda, pero resultó que la mayoría de las asistentes eran señoras dedicadas a un comercio particular, más en relación con la diosa Venus que con los derechos sufragistas y, desde luego, nada que ver con la templanza. Ante tal cúmulo de hetairas luciendo los provocativos pantalones, el sector masculino de la sociedad londinense asaltó el edificio y se organizó una bacanal de dimensiones épicas. El baile tuvo que ser interrumpido por las fuerzas de la policía metropolitana, al haberse rebasado toda medida de la moral de la época. El escándalo fue morrocotudo.
Los cómodos y prácticos Bloomers quedaron por siempre identificados, dentro de la sociedad británica, con el estigma de ser patrimonio de prostitutas y pelanduscas de toda condición. La iniciativa murió con un solo baile.
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