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26 de abril de 2024

Cueva de Malalmuerzo

Cueva de MalalmuerzoPedro Cantalejo / Instituto Max Planck

Hallan el genoma más antiguo del Sur de España y reconstruyen los pasos de un linaje paleolítico

Se ha podido establecer la relación entre un individuo de 35.000 años de Bélgica y el nuevo genoma de Malalmuerzo

Un equipo internacional de investigadores ha analizado ADN humano antiguo de varios yacimientos arqueológicos de Andalucía y publicado los resultados del estudio en Nature, Ecology & Evolution. Según los expertos el genoma más antiguo del Sur de España hasta la fecha se ha encontrado en la Cueva del Malalmuerzo (Granada). Del mismo modo se han hallado genomas de 7.000 a 5.000 años de antigüedad de los primeros agricultores de otros sitios conocidos, como la Cueva de Ardales, en Málaga, comprobando que la península ibérica juega un importante papel en la reconstrucción de la población humana.
Por su situación geográfica, el suroeste de Europa es considerado como un refugio durante la última Edad del Hielo debido a sus drásticas fluctuaciones de temperatura y porque pudo haber sido uno de los puntos de partida de la recolonización de Europa tras el Último Máximo Glacial (entre 24.000 y 18.000 años atrás). De hecho, estudios anteriores habían informado sobre los perfiles genómicos de cazadores-recolectores de la península ibérica de entre 13.000 y 8.000 años de antigüedad que aportan pruebas de la supervivencia y continuación de un linaje paleolítico mucho más antiguo que había sido sustituido en otras partes de Europa y ya no es perceptible.
Después de un organismo muera, su ADN solo se conserva por un determinado período de tiempo y en condiciones climáticas favorables. Por ello, la extracción de ADN de restos antiguos en climas tanto cálidos como secos es un gran desafío para los investigadores. Gracias al nuevo estudio podemos llenar las lagunas temporales y cruciales de la evolución del ser humano analizando el papel del sur de la península ibérica como refugio de la población de la Edad de Huelo y los posibles contactos con otras aldeas del estrecho de Gibraltar.
Diente humano recuperado en la Cueva de Malalmuerzo

Diente humano recuperado en la Cueva de MalalmuerzoPedro Cantalejo / Instituto Max Planck

Rastrear los movimientos de un linaje paleolítico

El genoma que se ha podido extraer de los restos del individuo de 23.000 años en la cueva del Malalmuerzo (Granada) aporta datos cruciales de la época en la que Europa estaba rodeada por enormes capas de hielo. Tras el análisis de la muestra de ADN se ha podido establecer la relación entre un individuo de 35.000 años de Bélgica y el nuevo genoma de Malalmuerzo lo que ha hecho concluir a los investigadores que los individuos emigraron hacia el norte y el este una vez que la capa de hielo se fue derritiendo: «Con Malalmuerzo hemos conseguido encontrar el lugar y el periodo de tiempo idóneos para rastrear un grupo humano paleolítico hasta uno de los refugios propuestos para la Edad de Hielo.», explica Wolfgang Haak, autor principal del estudio y experto del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.
Con esta nueva información se ha podido determinar que, curiosamente, no hay ningún vínculo genético entre el sur de la península ibérica y el norte de África, a pesar de que solo hay una distancia de 13 kilómetros entre ambos lugares. Esto se debe a que «El estrecho de Gibraltar era una barrera al final de la Última Edad de Hielo», añade Greg-Christian Weniger de la Universidad de Colonia.
El estudio también incluye el análisis de una serie de individuos más jóvenes del Neolítico, periodo de tiempo en el que llegaron a Europa los primeros agricultores procedentes de Oriente Próximo. La ascendencia genética característica de los grupos neolíticos de Anatolia es efectivamente detectable en los individuos de Andalucía, lo que sugiere que estos primeros agricultores se extendieron a lo largo de grandes distancias geográficas. «Los neolíticos del sur de Iberia, sin embargo, muestran una mayor proporción de linajes cazadores-recolectores. De ahí que la interacción entre los últimos cazadores y los primeros agricultores pudiera haber sido mucho más estrecha que en otras regiones», afirma el coautor José Ramos-Muñoz, de la Universidad de Cádiz.
El esencial papel de la península ibérica durante la Edad de Hielo aún resuena miles de años después. «Sorprendentemente, la herencia genética de los cazadores-recolectores del Paleolítico sigue siendo detectable en los primeros agricultores del sur de Iberia, lo que indica una mezcla local entre dos grupos de población con estilos de vida muy diferentes», concluye Vanessa Villalba-Mouco.
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