16 de mayo de 1923: Viena, en vísperas de guerra civil

«Se han cumplido, desgraciadamente, las profecías hechas en las columnas de El Debate», escribía el periódico. «Anoche corrió mucha sangre en las calles de Viena y si todavía el público ignora el número exacto de los muertos y heridos es porque los diarios han recibido la orden de tener cierta reserva para no aumentar el pánico que se ha apoderado en la gente». Se trataba de un violento choque entre fascistas, socialistas y policías con motivo de una reunión que querían celebrar los primeros.

Los fascistas vieneses tenían anunciada una reunión en un edificio del barrio proletario Favoriten; sin embargo, a la hora indicada llegaron miembros de los Arbeiterwehren (regimientos de obreros socialistas equipados y armados militarmente), detallaba El Debate, «para impedir que sus enemigos políticos se reuniesen».

El periódico relata lo sucedido de la siguiente manera: «De repente (nadie sabe quién empezó) se oyeron tiros; los fascistas salieron a la calle y empezó una verdadera batalla entre fascistas, socialistas, policías y manifestantes. Los policías, sable en mano, trataban de separar los dos bandos contrarios, y al hacerlo eran tiroteados y atacados furiosamente por los socialistas y los obreros residentes en el barrio mencionado; estos últimos, desde los balcones y las ventanas de sus habitaciones, bombardeaban con trozos de hierro, piedras y tiestos de flores a los policías y a los fascistas».

Para evitar «más derramamiento de sangre el Jefe de Policía» dio la orden de suspender la reunión fascista. Los diarios de Viene culpaban a ambos bandos por lo acaecido. El vicecanciller Frank, desde la tribuna del Parlamento, expresó que «en un Estado democrático únicamente la Policía tiene el derecho y el deber de garantizar y restablecer el orden».