Fundado en 1910

07 de mayo de 2024

Hans Staininger, alcalde de Braunau en el siglo XVI

Hans Staininger, el famoso vecino de Braunau del siglo XVI

Picotazos de historia

Las desmesuradas barbas del alcalde de Braunau le costaron la vida

Lo que le colgaba de las mejillas y el mentón de Hans Staininger no era una barba al uso, sino una densa y deshilachada bobina de pelo que, a su muerte, superaba los cinco metros de largo

Braunau es una pequeña ciudad austriaca cuyos primeros datos podemos encontrarlos en documentos datados en torno al año 1120 d. C. Durante siglos Braunau, junto con toda la región conocida como Innviertel en la actual Alta Austria, perteneció al ducado (después reino) de Baviera.
En 1779, merced al Tratado de Teschen que ponía fin a la Guerra de Sucesión de Baviera ( 1778 – 1779), toda la región de Innviertel fue entregada a Austria. Es lo que se conoce como la Baviera austriaca. Por cierto, el Tratado de Teschen fue firmado el 13 de mayo, una imposición del emperador José II por tratarse del día del cumpleaños de su madre María Teresa de Habsburgo. Pero el verdadero motivo por el que es conocida la ciudad de Braunau, de poco más de 17.000 habitantes, es por haber sido la ciudad natal de Adolfo Hitler. Pero tranquilícense que no hablaré de este personaje, en su lugar les presentaré otro vecino notable de la ciudad de Braunau: Hans Staininger o Steininger.
El bueno de Hans vino al mundo en una fecha no determinada del año 1508 y falleció el 28 de septiembre de 1567. Aunque no nos han llegado demasiados datos sobre su vida sabemos que nació en la ciudad universitaria de Pfarrkirchen, en la Baja Baviera, a unos 22 kilómetros de Braunau. Muy joven se trasladó a esta última ciudad donde contrajo matrimonio y prosperó como representante del comercio local. Su recta conducta e intachable honradez hicieron que sus vecinos le eligieran como burgomaestre (primera autoridad local). Debió esforzarse en hacerlo bien ya que, en total, fue elegido seis veces para ostentar el cargo. De hecho falleció como burgomaestre.
Aparte de su brillante carrera en la política local, Hans Steininger era una celebridad por otros motivos. Y es que Hans tenía una barba de más de dos metros de largo y eso que aseguraba que se la había afeitado seis veces. La barba era de pelo rubio y se la había dejado crecer bifurcada, a «la francesa». Era tan notable que llamaba la atención, despertaba admiración y acabó costándole la vida. Como tan largo y peludo ornamento de su persona podía ser incómodo para el diario faenar, Hans encargó una bolsa de cuero o faltriquera que colgaría del cinturón y donde recogería la barba, enrollada y segura. De esta manera se veía libre del embarazo de tan largo motivo de orgullo.
El 28 de septiembre de 1567 un terrible incendio se declaró en la ciudad. El fuego, que se había originado en una conocida posada de la ciudad, se contagió a otras casas y acabó amenazando la vivienda del propio burgomaestre. Hans, ante el peligro de verse atrapado por el fuego, trató de huir precipitadamente. En su nerviosismo pisó su propia barba, perdió el equilibrio y cayó por las escaleras partiéndose el cuello.
Al final la casa de Hans acabó un poco tiznada, pero ilesa. Encontraron el cuerpo a los pies de las escaleras, unieron cabos y, como no podían hacer otra cosa, le dieron cristiana sepultura, después de haberle afeitado la barba. Y es que el piloso objeto se transformó en reverenciada reliquia familiar que, con gran ceremonia, se presentaba y transmitía de generación en generación. En 1911, no sé si por extinción de la familia o por otro motivo, la barba –perfectamente conservada– fue legada a la ciudad de Braunau. El concejo agradeció tan importante legado y lo depositó en el museo del distrito, donde ustedes pueden contemplarlo.
Comentarios
tracking