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01 de mayo de 2024

Ataque a Cartagena de Indias por los ingleses en 1741

Ataque a Cartagena de Indias por los ingleses en 1741

El asedio de Cartagena de Indias: cuando la arrogancia británica chocó con la valentía española

«¡Dios te maldiga, Lezo!», fue la expresión que según cuentan utilizó el almirante británico Edward Vernon tras ser derrotado en su intento por tomar Cartagena de Indias frente a los españoles

Casi 200 naves y 34.000 tropas británicas asediaban la ciudad de Cartagena de Indias desde marzo de 1741. Al mando estaba el almirante Edward Vernon, que había prometido a su rey tomar la ciudad con rapidez y sin mayor dificultad. A pesar de que el almirante inglés reunió a la flota más grande del momento, los españoles se habían hecho fuertes y no estaban dispuestos a ceder a pesar de la superioridad del enemigo. Sin embargo, a principios de abril de 1741, la batalla se complicó. El coronel Desnaux tuvo que rendirse en el Castillo Grande ante los ingleses y los británicos llevaban la delantera. Parecía que la victoria estaba próxima. ¿Qué sucedió entonces?
La Batalla de Cartagena de Indias tiene su origen varios años antes. Los británicos y el Imperio español vivían en un conflicto constante desde hace tiempo, porque los comerciantes y la corona británica deseaban hacerse con el control comercial de ciertas regiones del Imperio español. Para regular las relaciones comerciales en este sentido, ambos países firmaron en 1713 un acuerdo conocido como el Tratado de Asiento de Negros, por el que se permitía a los ingleses tener la exclusividad del comercio de esclavos entre África y América durante tres décadas.
El acuerdo propició el incremento del contrabando inglés y la acción de los guardacostas españoles para frenarlo. En 1739 el Parlamento británico declaró la guerra a la monarquía hispánica de Felipe V, y comenzó la Guerra de Asiento (o Guerra de la Oreja de Jenkins, para los ingleses) en la zona del Caribe entre 1739 y 1748. En este contexto, el Rey Jorge II centró el tiro en la imponente Cartagena de Indias, que una vez tomada por su ejército le permitiría apoderarse de los territorios que llegan hasta Perú.

De la inminente victoria a la derrota más «bochornosa»

«Nunca un contingente estuvo más completamente equipado, y nunca tuvo la nación más razón para la esperanza en un éxito extraordinario», comentó Tobias Smollett, cirujano británico que participó en la batalla, además de escritor. Ese pensamiento victorioso seguía intacto para el almirante británico, pero pronto las tornas cambiaron.
El virrey Sebastián de Eslava y parte de la guarnición comandada por Blas de Lezo se reagruparon en el castillo de San Felipe de Barajas. En total, los españoles contaban con seis naves y 3.000 hombres para hacer frente a una fuerza británica mucho mayor. Blas de Lezo era el militar encargado de la organización de las defensas de toda la plaza, había ordenado hundir algunos de los navíos para preservar los fuertes de San Luis, San José y San Felipe de Barajas.
A los bombardeos desde los navíos ingleses se sumó la invasión terrestre en varias zonas de la ciudad como el fuerte de San Luis. «Soldados de España peninsular y soldados de España americana. Habéis visto la ferocidad y poder del enemigo; en esta hora amarga del Imperio nos aprestamos para dar la batalla definitiva por Cartagena de Indias y asegurar que el enemigo no pase. Las llaves del Imperio han sido confiadas a nosotros por el rey, habremos de devolverlas sin que las puertas de esta noble ciudad hayan sido violadas por el malvado hereje. El destino del Imperio está en vuestras manos. ¡Morid, entonces, para vivir con honra! ¡Vivid, entonces, para morir honrados! ¡Viva España! ¡Viva el rey! ¡Viva Cristo Jesús!», fueron las palabras que Blas de Lezo dirigió a sus soldados antes del ataque británico sobre el fuerte de Bocachica.
Este fue el espíritu que unido a una buena técnica de defensa propició la victoria definitiva de los defensores. Entre el 19 y 20 de abril de 1741, Vernon ordenó un ataque sorpresa sobre la fortificación de San Felipe. El general Wentworth lideró el ataque con unos 3.000 hombres bajo su mando, pero la sorpresa se la llevaron los ingleses porque las tropas del Imperio español estaban avisadas y preparadas para repeler la ofensiva. Vernon no consiguió tomar el fuerte y sufrió numerosas bajas, más que los españoles.
La batalla en Cartagena de Indias duró un mes más, en el que los británicos vivieron asesinados por las enfermedades como la fiebre amarilla que trajo consigo la época de lluvias en la zona. Vernon sufrió un bochornoso fracaso en Cartagena de Indias y para Blas de Lezo fue la batalla que lo convirtió en leyenda como ilustre marino de la Armada española.
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