Manuel Aznar Zubigaray, en una imagen de octubre de 1941
El abuelo de Aznar que escapó de una checa y terminó en la ONU
Fue uno de los periodistas más destacados y camaleónicos de la España del siglo XX. Su pensamiento político recorrió todo el espectro ideológico: del nacionalismo vasco al falangismo, pasando por el republicanismo moderado
Antes de ser recordado como diplomático del franquismo y abuelo del expresidente José María Aznar (1996 y 2004), Manuel Aznar Zubigaray fue uno de los periodistas más destacados y camaleónicos de la España del siglo XX. Su pensamiento político recorrió todo el espectro ideológico: del nacionalismo vasco al falangismo, pasando por el republicanismo moderado. Aznar fue testigo directo de los grandes conflictos de su tiempo.
Cubrió la Primera Guerra Mundial como corresponsal, narró el conflicto del Rif desde Marruecos, y escribió para cabeceras como El Sol y La Vanguardia. Pero su biografía también incluye momentos al borde de la tragedia: durante la Guerra Civil, fue detenido por milicias republicanas en Madrid y trasladado a una checa. Solo la intervención de Juan Negrín salvó su vida.
Manuel Aznar Zubigaray, nació en una familia vinculada al entorno tradicionalista navarro. Empezó a escribir en el periódico integrista La Tradición Navarra aunque se fue inclinando hacia el nacionalismo sabiniano, con colaboraciones en el diario Euzkadi, órgano oficial del Partido Nacionalista Vasco. Afiliado al PNV (1912-1917), cubrió desde el frente occidental francés la Primera Guerra Mundial y firmó algunas de esas crónicas con el pseudónimo de Gudalgai, que podría traducirse como «soldado» o «recluta».
Manuel Aznar Zubigaray
Otros artículos los escribió como Inmanol, Manuel, su nombre. En estos años se casó y tuvo su primer hijo, Manuel Aznar Acedo, años después director de RNE y padre del futuro presidente del Gobierno. Su mujer, Mercedes, era hermana de un jugador del Athletic de Bilbao.
A raíz de su nombramiento como director del diario liberal El Sol, se convirtió en uno de los periodistas más populares y mejor pagados de la época. Era el año 1921 y embarcó hacia Marruecos para cubrir el desastre de Anual. En tierras africanas acompañó a las tropas en la reconquista de los lugares tomados por los rifeños: preguntó a los mandos militares, a los supervivientes, visitó los hospitales de campaña y buscó información de la vida en las cabilas.
Fue junto a Luis de Oteiza, López Rienda y Víctor Ruiz Albéniz (abuelo de Alberto Ruiz-Gallardón) quien a nivel de metodología empezó a utilizar en España la misma que utilizan hoy los periodistas de investigación. «En Zeluán se ha presentado el soldado del regimiento de África, José Martínez, que ha estado prisionero de los moros en las proximidades de Tiaza. Venía vestido con ropas moras, bajo las cuales conservaba el uniforme del cuerpo a que pertenece…», leemos en una de sus crónicas. Tras su regreso del protectorado, marchó a Cuba donde también desempeñó un papel de interés en El Diario de la Marina y Excelsior, en La Habana.
De nuevo en España y ya proclamada la Segunda República, nos encontramos con el Aznar Zubigaray al que podemos considerar más ecléctico: desde su proximidad con Azaña y el ministro de Gobernación, Miguel Maura, al regionalista gallego Portela Valladares. Cuando comienza la Guerra Civil está en Madrid, hay quien ha querido atribuirle cierto papel en la colectivización de la Compañía Madrileña de Tranvías.
Aunque esto fuese cierto, no se libró de ser detenido y trasladado a una checa hasta su posterior liberación, merced a la relación cordial que mantenía con algún gerifalte socialista (parece que Negrín) y su popularidad como periodista. Logró salir de España hasta París y desde ahí dio el salto a la España Nacional.
De estos días es el episodio que ha relatado su nieto en el que cuenta cómo estuvo escondido con un compañero, el también periodista Josep Pla, en Zaragoza hasta que el capitán general se enteró y ordenó que los fusilasen, «Aznar es el que ha sido director del 'El Sol'. Si le capturan fusílenle», aunque la mediación de Franco y Mola les libró de aquello.
Esos años finales de la guerra, escribió para Heraldo de Aragón ya vinculado al ámbito falangista y colaborando en la revista Vértice. Su hijo luchaba en aquellos días en el Ejército Nacional.
Manuel Aznar se había quedado viudo en 1933 y una década después, contrajo un segundo matrimonio. Dicen que era un hombre pausado, de cultura clásica y elegante. Estuvo vinculado al franquismo, primero como ayudante de José Félix de Lequerica en Washington en la tarea del restablecimiento de relaciones diplomáticas y posteriormente como Embajador en Argentina, República Dominicana, Marruecos ya independiente desde 1956 y representante español permanente ante la ONU.
Continuó con sus labores periodísticas como director de La Vanguardia, renombrado durante el régimen como La Vanguardia Española. Participó también en la película Franco, ese hombre, dirigida por José Luis Sáenz de Heredia en 1964 para conmemorar los «veinticinco años de paz». Fue presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, de la Agencia Efe y procurador en Cortes.
Aznar Zubigaray falleció en 1975, cuando su hijo Manuel aun desempeñaba su labor como periodista y renovador de la radio en España. Su nieto José María acababa de licenciarse en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.