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27 de abril de 2024

Fumio Kishida, nuvo primer ministro de Japón

Fumio Kishida, nuvo primer ministro de JapónDu Xiaoyi / EFE

Japón

¿Quién es Fumio Kishida?

Hasido designado este lunes como nuevo primer ministro del Japón

Fumio Kishida ha tomado este lunes las riendas del gobierno de Japón, tras su elección interna de la semana pasada. Ya había ocupado titulares la semana pasada, al ganar una elección interna del Partido Democrático Liberal (LDP). Este lunes, sucede a su predecesor Yoshihide Suga como primer ministro Japonés, situándose en cabeza de campaña para las elecciones de noviembre.
Pero ¿quién es Fumio Kishida? En el ámbito político japonés, su nombre suena familiar. Nació en Hiroshima, en el año 1957, en el seno de una familia que «trae de fábrica» el camino al parlamento. Tanto su abuelo Masaki como su padre Fumitake pusieron el apellido Kishida sobre el mapa político al formar ambos parte del gobierno japonés, aunque en cargos no tan altos. 
Kishida, tercero en un legado de costumbre política, no lo tuvo claro desde el principio; aspiró a abogado e intento una carrera en la banca, hasta que sintió la ancestral llamada de la política y aceptó un puesto junto a su padre en el gobierno del ex primer ministro Shinzo Abe.
Kishida se niega a que tal pedigrí político lo defina. Todo lo escrito sobre él pone en valor su recia diplomacia. Es descrito como tranquilo, «de hablar suave», sin enzarzarse en discusiones o alzando el tono. Es discreto, sin el afán por los titulares de su rival Kono Taro o la torpeza característica del anterior presidente Yoshihide Suga.
La prensa insiste en hacer hincapié sobre su templanza. Justin McCurry de The Guardian sentencia que «el Partido Democrático Liberal ha elegido la estabilidad y la moderación al elegir a Fumio Kishida como su líder». El consenso es ese: las manos de Fumio Kishida son estables y seguras, y conducirán al LDP a las próximas elecciones.
Supone un regreso a la antigua política del LDP, que es pragmática y de centro y la lleva un «líder decente», pero aburrido. «Es una victoria para el establecimiento», dice Jesper Koll, director del grupo Monex. «Kishida busca estabilidad, no menear el barco, y sobre todo, hacer lo que la élite tecnócrata le dice que haga».

Kishida busca estabilidad [y]no menear el barcoJesper Koll, grupo Monex

A pesar del dominio que ejerce su reputación de modestia sobre la opinión pública, Fumio Kishida rehúsa a ser un burócrata sin color. Su breve estancia en los Estados Unidos cuando era niño (destinado por trabajo de su padre) instiló en él los ideales de la justicia y la diversidad. 
En su libro, Kishida Vision escribe: «Los EEUU eran enemigos de Japón durante la guerra, y la nación que lanzó la bomba nuclear sobre Hiroshima», región de la que él fue representante en 1993, «pero yo era pequeño y para mí, los Estados Unidos no eran más que un país de corazón generoso y repleto de diversidad». Así, busca presentarse como un político de robustas raíces ideológicas inspiradas en lo mejor de la cultura americana –tolerancia, justicia y la pasión por el béisbol que persigue desde pequeño–.
Con su elección en la cámara baja en 1993, comenzó una carrera política solida dentro del Partido Liberal Democrático, que ha sido principal fuerza política nipona desde 1955, gobernando el país casi ininterrumpidamente. Kishida sirvió siete veces en la cámara baja representando al distrito 1 de Hiroshima, y fue presidente del comité de asuntos dietéticos del LPD hasta septiembre de 2012. En octubre del mismo año, asumió el control de la facción parlamentaria de la legislatura de Koga y más adelante se asentó como presidente de la sede de revitalización económica de Japón.
Tal experiencia ha educado a este líder en la moderación. Las promesas electorales de Kishida se sitúan en una línea conservadora que no busca imponer cambios drásticos en Japón
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