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26 de abril de 2024

Autoridades alemanas, foto de archivo

Agentes de Policía alemanes, en una foto de archivoAFP

Alemania

Las autoridades alemanas detienen a 50 «justicieros» armados en la frontera con Polonia

Los civiles, de simpatía neonazi, buscaban terminar con el problema de la inmigración ilegal desde Bielorrusia

Las autoridades alemanas se han visto este lunes en la obligación de detener a 50 «justicieros» con afiliaciones políticas de extrema derecha de camino a la frontera entre Alemania y Polonia. El grupo tenía por objetivo patrullar el borde para bloquear la inmigración ilegal desde el lado polaco.
Esta iniciativa surge a raíz de las tensiones que van en aumento con la Unión Europea por el flujo migratorio. Cada vez más inmigrantes buscan entrar en Europa desde Bielorrusia, cuya democracia está actualmente comprometida. Se acusa a su capital Minsk de promover la inmigración desmedida, que encuentra su entrada más fácil en el punto entre Polonia y Alemania.
La policía de Brandenburg ha revelado que los civiles portaban una colección de distintas armas con la intención de emplear la violencia contra aquellos que intentasen cruzar la frontera: espray de pimienta, una bayoneta, un machete y porras.
Respondían a una llamada del partido alemán Der Dritte Weg, ultraderechista y con simpatías neonazis. Afiliados al partido quisieron organizar una «marcha en la frontera», para ejercer una presión ilegal y con amenaza de violencia sobre el problema migratorio. Se intuye que la iniciativa ha movido masas: la policía en la ciudad de Guben, en Brandenberg –uno de los tres distritos alemanes que lindan con Polonia– ha confirmado a la CNN que varios miembros del grupo de «justicieros» habían sido arrestados allí y en pueblos vecinos, algunos de ellos venidos de otras zonas del país.
Cerca de 120 personas de Guben protestaron en contra de estas marchas neonazis. El primer ministro de Sajonia, Michael Kretschmer, se opuso también a las «patrullas» y se dejó entrevistar el domingo para expresar su desacuerdo con la extrema derecha.
«Alemania es un país cristiano, y los refugiados deben ser tratados justamente –incluso si carecen del derecho de residir en Alemania–. Somos humanos, y debemos tratar a los demás como humanos», dijo Kretschmer a la cadena ARD. «Debemos tomar una posición clara contra el extremismo», añadió.
Por su parte, las fuerzas policiales de Brandenburg tendrán que incrementar los efectivos cerca de la frontera, y continuarán patrullando la zona mientras buscan colaborar con las autoridades federales.
Además, la policía en Guben contó a la CNN que sus cifras habían aumentado «considerablemente», número que confirma en 800 oficiales más, protegiendo la frontera polaco-alemana, el ministro de interiores Horst Seehofer.
«Cientos de oficiales están de servicio allí día y noche. Si es necesario, estoy preparado para reforzarlos aún más», prometió Seehofer al periódico Bild.

Un problema para Alemania

Seehofer admitió que se habían detectado 6.162 entradas ilegales a Alemania desde Bielorrusia y Polonia en lo que llevamos de año. A pesar de que no se planea cerrar la frontera con Polonia, si que opina que deberían implementar más controles.
«Si la situación en la frontera no mejora, tendremos que considerar si dar ese paso en coordinación con Polonia y Brandenburg. Será decisión del próximo Gobierno».
Varios países de UE han acusado al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, de utilizar la inmigración como «castigo» en respuesta a las sanciones impuestas por el bloque. La UE seguiría oponiéndose a lo que llama un «ataque híbrido» del régimen bielorruso, y condena el uso de inmigrantes como arma política. 
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