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01 de mayo de 2024

Soldados franceses en una operación antiterrorista en Mali

Soldados franceses, en una operación antiterrorista en MaliAFP

Terrorismo

Yihadistas usan el hambre como arma para expulsar a los cristianos en Mali

Grupos de terroristas islamistas están aprovechando la sequía y el hambre en el Sahel para expulsar a las comunidades cristianas y hacerse con sus tierras

Grupos yihadistas están empleando el hambre como arma de guerra para expulsar a las minorías cristianas de Mali y de otros países del Sahel.
Mali padece una atroz crisis alimentaria que sufren más de un millón de personas. Las acciones terroristas de grupos yihadistas, la inestabilidad política, la sequía y los efectos de la pandemia de coronavirus han creado las condiciones propicias para que se extienda el hambre por el país y por la región.
Grupos terroristas vinculados con Estado Islámico y Al Qaeda están aprovechando la situación para extender su presencia y aumentar su control territorial.
Según denunció Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), en el Sahel, región desértica que separa el Magreb del África Subsahariana, y de forma particular en Mali, están actuando grupos yihadistas, bandidos armados y grupos de autodefensa que libran una guerra entre ellos sin que el gobierno sea capaz de actuar.
La violencia y el hambre, aunque afecta al conjunto de la población, está resultando letal para las comunidades cristianas, poco articuladas y muy dispersas en el territorio.
Una fuente local declaró a AIN que «hay aldeas donde es imposible celebrar la Santa Misa. Los fieles cristianos deben permanecer atentos a cómo practican su fe. Incluso donde no hay casos de agresiones físicas, las agresiones verbales son incesantes». Las agresiones, las amenazas «están creando una psicosis dentro de la comunidad cristiana».
Según el testimonio recogido por AIN, «los yihadistas actúan en nombre de la religión. Todo aquello que no es conforme a su ideología, lo atacan. Ese es el motivo por el que hay tantos refugiados».
Aunque el conflicto en Mali no tiene un origen religioso, al igual que en otros países del Sahel está más relacionado con las sequías y la competencia entre agricultores y ganaderos por el control de las tierras, lo cierto es que la intervención de grupos yihadistas sí lo ha convertido en un conflicto religioso, o al menos con un importante componente religioso.
Estos grupos yihadistas pretenden imponer la sharía y «la voluntad de imponer la sharía islámica es la prueba de que los yihadistas (…) trabajan por la expansión de un islam radical que muchos musulmanes no comparten».
Según informó el Foro Internacional de ONG en Mali y difundió la agencia AFP, los niveles de hambre en Mali son los más altos desde 2012, cuando un grupo rebelde tuareg junto con organizaciones yihadistas lograron controlar durante 10 meses el norte del país.
Por el momento, la sequía ya ha causado la pérdida de 225.000 hectáreas de campos de cultivo. 
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