
Rogel Aguilera-Mederos durante el juicio en el que se le condenó a 110 años de cárcel
Condenan a 110 años de cárcel a un camionero que provocó cuatro muertos al quedarse sin frenos
El accidente provocó cuatro muertos pero el conductor condenado dio negativo en pruebas de alcohol y drogas tras el suceso
Rogel Aguilera-Mederos, de 26 años, conducía un semirremolque en abril de 2019 por la Interestatal 70 en Lakewood, estado de Colorado, cuando le fallaron los frenos. Trató de apartarse de la carretera pero otro camión le obstaculizaba el paso. Finalmente chocó contra dos docenas de vehículos, entre los que había otros cuatro camiones atascados por el tráfico. El impacto provocó una explosión en la que fallecieron cuatro personas. Aguilera-Mederos dio negativo en alcohol y drogas tras el terrible accidente. Dos años después, el pasado lunes, fue condenado a 110 años de prisión por el juez que alegó que tenía las manos atadas debido a las leyes mínimas obligatorias en el estado.
La condena a Aguilera-Mederos corresponde con los mínimos posibles por los 27 cargos criminales de los que estaba acusado, entre otros, homicidio vehicular, agresión física y conducción descuidada. Tras el fallo judicial, se puso en marcha una petición ciudadana en Change.org para solicitar el indulto para Aguiera-Mederos. La petición ya lleva recolectadas más de 1,65 millones de firmas.
«Estoy mueriendo en vida»
A estas alturas del caso, el gobernador del estado es la única persona con potestad para conceder el indulto. La iniciativa ciudadana en la web explica que el "accidente no fue intencionado, ni fue un acto criminal por parte de los conductores. Nadie más que la empresa de camiones para la que trabajaba debe ser responsable de este accidente (...) La empresa de camiones ha tenido varias inspecciones desde 2017, con varias infracciones mecánicas».
Durante su declaración, Aguilera-Mederos testificó que en el momento previo al accidente pensó «que iba a morir» así que «cerro los ojos antes de golpear a los vehículos» frente a él, según afirma el documento que recoge su declaración. Tras su condena, el hombre de origen cubano declaró entre lágrimas ante el juez: «Estoy muriendo en vida. Es duro vivir con este trauma".