El excanciller alemán Gerhard Schröder mantiene una relación de confianza con Putin desde la llegada al poder del ruso en 2000
Guerra Rusia Ucrania Abramóvich y el excanciller Schröder se reunieron la semana pasada en Moscú, según 'Bild'
El antiguo mandatario alemán ha realizado supuestas tareas de mediación con Putin que no han sido bien recibidas en Alemania por su proximidad con el líder ruso
El multimillonario ruso-israelí Roman Abramovich, dueño del Chelsea y accionista mayoritario de otras compañías, y el excanciller alemán Gerhard Schröder, quien según algunas fuentes realiza tareas de mediación directa con el presidente ruso para tratar de frenar la invasión en Ucrania, se reunieron la semana pasada en Moscú durante varias horas para mantener una conversación cuyos detalles no han trascendido, según informó este martes el diario alemán Bild.
Schröder, de 77 años y canciller entre 1998 y 2005, fue supuestamente la primera figura política occidental de peso en hablar personalmente con Putin tras la ofensiva, una circunstancia que se explica por la estrecha relación de confianza que ambos forjaron tras la llegada al poder del ruso en 2000. Pese a que se presume que las intenciones de Schröder pasan por convencer a Putin para que frene el ataque, sus lazos con el mandatario y con diversos grupos energéticos rusos –como Gazprom y Rosneft, en los que ocupó puestos directivos tras su salida de la presidencia– han escamado a diversas entidades y políticos alemanes, empezando por el propio canciller actual, Olaf Scholz, antiguo colaborador suyo, quien ha optado por distanciarse públicamente de Schröder.
Según se explica en el artículo de Bild, la cita entre Abramóvich y el exmandatario alemán tuvo lugar en la suite del hotel de lujo en el que se alojaba Schröder, muy próximo al Kremlin. Otras informaciones han afirmado que el canciller se ha visto también con Vladimir Medinsky, exministro de Cultura de línea dura, quien encabezó la delegación rusa durante las primeras rondas de negociaciones con Ucrania.
Las sanciones impuestas por el Parlamento británico a Abramóvich han congelado gran parte de su fortuna en el Reino Unido y han dificultado sus esfuerzos por vender el Chelsea. «Vamos más lejos y más rápido que nunca para atacar a los más cercanos a Putin, desde los principales oligarcas hasta su primer ministro y los propagandistas que venden sus mentiras y desinformación», dijo Liz Truss, secretaria de Relaciones Exteriores, en relación a la aprobación de la Ley de Delitos Económicos, destinada a facilitar la aplicación de sanciones contra Rusia, y que permitió bloquear los activos de más de 300 rusos, incluidos 50 oligarcas y miembros de sus familias, en territorio británico.
Medida de presión
Uno de los objetivos que persigue esta acción, además de la penalización de los acólitos de Putin, es un golpe de efecto que les lleve a ejercer presión sobre el mandatario para que ponga fin a las hostilidades. En este sentido, informes anteriores han sugerido que Abramóvich habría conversado con Putin bajo ese propósito.
Pese a todo, no está claro qué argumentos ha esgrimido Schröder en sus intentos de mediación, si sus esfuerzos han sido respaldados o alentados por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski –Ucrania ha negado de hecho una afirmación hecha por la esposa de Schröder de que el Gobierno le había pedido que actuara como mediador–, o si han dado algún fruto.
En su única declaración pública desde el lanzamiento del ataque, Schröder dijo que era responsabilidad de Moscú acabar con la ofensiva, pero también instó a los líderes occidentales a actuar «con cuidado» con las sanciones para no destruir los pocos «puentes» que quedan entre Rusia y el resto de Europa.
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