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27 de abril de 2024

Soldados rusos Mariúpol Ucrania

Soldados rusos en la batalla de MariúpolAFP

Día 49 de guerra en Ucrania

La batalla por Mariúpol se convierte en una guerra subterránea en su intrincada red de túneles

El subsuelo de la ciudad portuaria se convierte en el último reducto desde donde la resistencia ucraniana puede continuar la batalla contra Rusia

La caída de la ciudad ucraniana de Mariúpol en manos de los rusos parece inevitable, pero todavía aguanta un grupo de soldados ucranianos escondidos en los túneles de un vasto complejo industrial, un dispositivo táctico que ya usaron otros ejércitos en el pasado.
Combates en una zona de varios kilómetros cuadrados de vías de tren, almacenes, chimeneas y hornos de carbón, y fábricas de todo tipo. La apoteosis de la guerra urbana, con visibilidad reducida, agujeros, obstáculos, trampas en cada esquina, acero y hormigón por todas partes.
Y en el subsuelo de este complejo: túneles. Algunas fuentes hablan de más de 20 kilómetros de pasillos subterráneos, excavados hasta unos 30 metros de profundidad. Una información que la AFP no pudo comprobar por fuentes fiables.
El complejo metalúrgico de Azovstal, del grupo Metinvest (controlado por el hombre más rico de Ucrania, Rinat Ajmetov) es, junto a la fábrica Azovmash, el corazón de los combates de Mariúpol en las últimas semanas.
«Es una ciudad en la ciudad, con varios niveles subterráneos que datan de la época soviética, no se puede bombardear, hay que limpiarla desde abajo. Eso llevará tiempo», admitió la semana pasada Eduard Basurin, representante de las fuerzas separatistas prorrusas de Donetsk.
La entrada de las fuerzas rusas en los túneles es «imposible», según Alexander Grinberg, analista del Jerusalem Institute for Security and Strategy (JISS). «Pueden intentarlo, pero serán masacrados porque los defensores tienen toda la ventaja táctica».

Stalingrado, el precedente

Los túneles vietnamitas de Cuchi, cerca de Ciudad Ho Chi Minh, durante la guerra de Indochina, de Hamás en su lucha frente a Israel o los del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Mosul, son algunos de los ejemplos históricos de esta táctica.
Pero el mejor ejemplo es la mítica batalla de Stalingrado (1942-1943) durante la Segunda Guerra Mundial, con los intensos combates en la fábrica «Octubre rojo».
«Los soviéticos usaron los subterráneos, las cloacas y los túneles para llegar detrás de las líneas alemanas», explica a la AFP un responsable militar francés.
Hoy, los túneles siguen siendo muy eficaces para crear la incertidumbre en el adversario.
Reducen la eficacia de la artillería enemiga, de los ataques aéreos, de la infantería y de los francotiradores. Dejan muda a la vigilancia por satélite y complican las informaciones técnicas, ya que dan a los defensores una ventaja de despliegue.
Pero «tienen que ser realmente una red muy densa. Que haya armas, munición, comida y bebida almacenada. Lo que demanda una importante fase de preparación».

Agua y gas

James Rands, analista del instituto de información privado británico Janes, habla, por su parte, de la necesaria y delicada formación de los soldados.
«El espacio reducido lleva a combates a cuerpo a cuerpo, lo que limita la eficacia de algunas armas», afirma. Los explosivos doblan su potencia, pero su uso puede volverse contra los que los usen.
A nivel táctico, «el mando y el control son extremadamente difíciles. Las comunicaciones normales funcionan mal y si los túneles no están bien cartografiados el conocimiento de la situación es menor», añade Rands.
Por no hablar del infierno que supone una evacuación médica. En teoría, «una hora de avance en una red subterránea suponen diez si hay que evacuar víctimas», afirma.
Pero para hacer de esta fortaleza subterránea ucraniana una posición inexpugnable es necesario que los defensores tengan suministros, como gafas de visión nocturna. Algo que es posible que no sea así.
Y corren el riesgo de que los rusos inunden los túneles o que dispersen gas u otros productos químicos para hacer salir a los defensores.
Sin evocarlo directamente, el presidente ruso Vladimir Putin aseguró el martes que la ofensiva seguía según sus proyecciones, sin dar fechas fijas, por lo que es difícil saber cuánto durará esta batalla.
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