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29 de marzo de 2024

Un campamento de filtración para desplazados ucranianos, en el Donetsk

Un campamento de filtración para desplazados ucranianos, en el DonetskAFP

63 DÍAS DE GUERRA

Los ‘desaparecidos’ de Ucrania: casi un millón de refugiados deportados a Rusia por la fuerza

Los ucranianos que intentan huir de Mariúpol terminan detenidos en «campamentos de filtración» a merced de las autoridades rusas

¿Muerte segura en Mariúpol, o escapar y sobrevivir? Esa es la encrucijada en la que se encontraron casi un millón de ucranianos que, en un intento de salvar la vida, se valieron de las rutas de evacuación rusas para huir de la ciudad bombardeada. Ahora, esos refugiados están detenidos, o desaparecidos.
Según las autoridades, las fuerzas rusas retienen a 951.329 personas, incluyendo 174.689 niños, en «campamentos de filtración» cerca de la ciudad asediada.
Saltaron las alarmas en la Alcaldía de Mariúpol, y la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania: denunciaron que Rusia está utilizando campamentos de detención en la región del Donetsk, donde obligan a los civiles a permanecer, y les despojan de sus documentos de identidad.
No es la primera vez que las fuerzas federales rusas utilizan estos espeluznantes campamentos de filtración o, su nombre oficial, «puntos de filtración». Durante la Primera Guerra Chechena, entre 1994 y 1996, y en la segunda Guerra Chechena, que duró de 1999 hasta 2003, los usaron como centros de internamiento masivo.
Hoy, sin embargo, los campamentos, situados a lo largo del camino entre Mangush, Nikolse y Yalta, están diseñados para preparar a los ucranianos para su deportación a Rusia. Así lo explicó Petro Andriuschenko, asesor del alcalde de Mariúpol.

«Como un verdadero campo de concentración»

«No puedes imaginar lo horribles que son las condiciones», admitió Olena, ucraniana que, afortunadamente, pudo escapar de uno de estos campamentos deshumanizantes.
La BBC británica recogió su testimonio y el de Oleksander, su marido, desde la ciudad de Leópolis. Por fin están a salvo: pasaron varias semanas en uno de estos centros rusos. Habían intentado huir de Mariúpol, su ciudad de residencia, pero la ruta de evacuación organizada por los rusos (la única disponible) desembocaba en un antiguo colegio de Nikolske, reconvertido en campamento de filtración.
Al llegar a Nikolske, al noroeste de Mariúpol, las autoridades rusas tomaron sus huellas dactilares y les interrogaron durante varias horas. «Como en una prisión», comparó Oleksandr.

Cualquier duda, cualquier mínima muestra de resistencia, y te llevaban a los sótanos para interrogaciones y torturaOleksander, ucraniano desplazado

Los agentes enemigos examinaron sus teléfonos móviles, llamadas, fotografías, buscando vínculos con periodistas, militares, u oficiales del Gobierno. «Si sospechaban que alguno de nosotros era un ‘nazi ucraniano’, lo trasladaban a Donetsk para investigarlo más, o asesinarlo», denunció Oleksandr.
«Era muy peligroso y arriesgado. Cualquier duda, cualquier mínima muestra de resistencia, y te llevaban a los sótanos para interrogaciones y tortura. A todos nos aterraba que nos llevasen a Donetsk», agregó el ucraniano.

«Olía espantosamente mal»

Dentro del centro, las condiciones eran pésimas. Personas ancianas dormían en el pasillo, sin colchones ni mantas, y, según narraba Olena, no había más que un inodoro y un lavabo para miles de personas. El papel higiénico se acabó en el segundo día.
Pronto, empezó a extenderse la disentería. «No había forma de lavarse o limpiar. Olía espantosamente mal», denunció la mujer. Su marido agregó que era «como un verdadero campo de concentración».
Pero la única forma de salir era a través de autobuses con dirección a Rusia. Olena y Oleksander se arriesgaron con un conductor privado, que costó caro, y podría haber sido un colaborador ruso.
«No teníamos otra opción», lamentó ella. «O tomábamos el riesgo con estos chóferes, o nos deportaban a Rusia por la fuerza».

Régimen nazi

El alcalde de Mariúpol, Vadim Boychenko, reconoció el dilema: «Muchos buses de civiles se dirigen a Rusia, en vez de al territorio ucraniano», explicó a la BBC por teléfono. «Desde el inicio de la guerra, los rusos no permiten a nadie evacuar civiles. Es una orden militar directa para matar inocentes», alegó.
También Volodimir Zelenski, presidente del Gobierno ucraniano, denunció la crueldad de estos centros, y los comparó a los campos de concentración nazistas. Enlazó, y acusó a Rusia de ser un estado terrorista cuyo comportamiento en Mariúpol se asemeja a la Alemania de Hitler.

Esto es deportación. Es lo que hicieron los peores regímenes totalitarios del pasadoVolodimir Zelenski, presidente de Ucrania

«Se está revelando nueva información sobre los crímenes de los invasores contra los residentes de Mariúpol. Encuentran tumbas frescas, de personas asesinadas. Estamos hablando de decenas de miles de residentes de Mariúpol, muertos», declaró ante el parlamento de Portugal, la semana pasada.
Añadió que «esto es deportación. Es lo que hicieron los peores regímenes totalitarios del pasado. Distribuyen a estos ucranianos a distintas regiones de Rusia, y diseñan campamentos de filtración para repartir a la gente. A algunos, simplemente, los matan».
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