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04 de mayo de 2024

Boris Johnson, primer ministro británico

Boris Johnson, primer ministro británicoAFP

El bando 'tory' vuelve a agitarse y a pedir la dimisión de Johnson

Tras publicarse el informe completo de Sue Gray sobre las fiestas del 'Partygate', los diputados rebeldes vuelven a hacer campaña para reunir 54 votos contra Johnson

Boris Johnson es un superviviente. Desde diciembre, se aferra a su cargo, a pesar del bombardeo de críticas por su involucramiento en las fiestas ilegales del ‘Partygate’, y su gestión de la postpandemia y del post-Brexit.
Ya en enero se puso en marcha una campaña para echarle del puesto, campaña que perdió fuelle cuando la atención de Europa se tornó hacia la guerra en Ucrania. Pero ahora, tras publicarse el inculpatorio informe de Sue Gray sobre las fiestas de Downing Street, los Conservadores que quieren echar a Johnson del Partido vuelven a la carga.
Ya son casi 50 los diputados ‘tory’ que han criticado públicamente la actitud de su Primer Ministro. Algunos han llegado incluso a sugerir un reemplazo.
Según el periódico The Times, 30 Conservadores han pedido formalmente un voto de no-confianza, mientras que 16 hicieron público su descontento con Johnson. La cifra se acerca al número mágico: su reglamento señala que, si 54 diputados del Partido Conservador formalizan sus quejas contra el premier, se desencadenaría una votación para decidir si permanece en el puesto.
La última en unirse a la facción de tories rebeldes anti-Johnson es la Dama Andrea Leadsom, antigua ministra de Energía. Acusó a Johnson de «imperdonables fracasos de liderazgo», y echó sal a la herida, a pocas horas de que el diputado John Stevenson tramitase su voto de no-confianza.
En vista de las circunstancias, Geidt amenazó incluso con dimitir, ya que la infracción de Johnson minaba su propio cargo, y ponía a todo el sistema en riesgo de ser ridiculizado. Según informó The Times, el asesor ético dio un ultimátum a su primer ministro: dimitiría, a menos que Johnson difundiese un comunicado explicando su comportamiento.

Temen por sus escaños

John Glen, otro de los tories con dudas respecto a Johnson, comentó que el primer ministro estaba «en territorio de tarjeta amarilla».

Esto está teniendo un efecto nocivo sobre el país… distrae de todo lo importante, y daña la reputación de Reino UnidoJohn Glen, diputado Conservador

«Creo que estamos en la fase tarjeta amarilla. Como miembro de su Gobierno, fui a verle y le expliqué como nos sentíamos mis constituyentes y yo. No hay duda de que el descontento se está propagando por el Partido Conservador, por dos razones: la primera, los tories temen que sus escaños desaparezcan y que nadie los vote en las próximas elecciones. La segunda, es que esto está teniendo un efecto nocivo sobre el país… distrae de todo lo importante, y daña la reputación de Reino Unido», explicó el diputado en una entrevista con el canal BBC Radio 4.
A palabras necias, oídos sordos, estrategia de Johnson y de los aliados que le quedan. Sus acólitos acusaron a los rebeldes de «hacer el trabajo de los Laboristas».
Un miembro del gabinete, en declaraciones a The Times, desprestigió las quejas de los que se oponen al premier: «Los rebeldes no tienen ningún plan, aparte de ir soltando los nombres de gente a quien le cae mal Boris Johnson. No me sorprende.»
Por su parte, Downing Street declaró que Johnson sigue siendo la mejor esperanza para una victoria Conservadora en las próximas elecciones generales, y apoyó la afirmación con una simple pregunta: «¿cual sería la alternativa?».
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