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26 de abril de 2024

El canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron

El canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente de Francia, Emmanuel MacronAFP

El frío otoño de Europa: inestabilidad política en Francia y crisis energética en Alemania

El canciller Scholz y su Gobierno «semáforo» se miran en el espejo de debilidad de Macron, pero su principal problema es la crisis energética

Se mire por donde se mire la noticia de primera plana, con la que Alemania comienza esta semana, son los resultados de las elecciones francesas.
Para Emmanuel Macron, la victoria y la derrota han confluido y pasados dos meses de su reelección los votantes le han negado una mayoría en el Parlamento, poniendo serios límites a sus poderes presidenciales. Lo obligan a mostrar más consideración por el Parlamento en su segundo mandato.

Duro golpe para Macron

Un duro golpe para el presidente Macron ha sido la mala gestión de su ministra de Medio Ambiente, Amélie de Montchalin. Su ministra de Salud, Brigitte Bourguignon, también perdió en su circunscripción. Por lo tanto, ambas mujeres deben renunciar a su puesto en el gobierno, tal como estableció el propio Macron antes de las elecciones.
El ministro para Europa, Clément Beaune, pudo imponerse en su distrito electoral, de París, junto con el ministro de Reformas, Stanislas Guérini, que también sigue siendo miembro del Parlamento.
En su primer mandato, Macron cometió el grave error de desconsiderar al Parlamento con demasiada frecuencia. Ha tomado decisiones solo en su pequeño círculo. Fue arrogante, según la opinión pública, y no cumplió su promesa electoral de fortalecer la Asamblea Nacional.

Nuevo liderazgo

Este estilo de liderazgo ha sido castigado, por los electores y Macron ha reconocido que tiene que desarrollar una «nueva estrategia».
Otro hecho paradójico es que en las presidenciales la izquierda prácticamente desapareció en favor del «centro difuso» que representa La République en Marche de Macron. Un «centro difuso» que pierde pie, también en España, como se ha visto el mismo día con la desaparición de «Ciudadanos» del futuro Parlamento autonómico de Andalucía.
En nuestro país vecino, ahora, la Asamblea Nacional francesa se constituye con el fortalecimiento de las fuerzas políticas de izquierda y derecha. El partido de Marine Le Pen gana fuerza y la alianza de izquierdas de Jean-Luc Mélenchon se relanza, ambos con facciones fuertes. Esto promete debates intensos y también un resurgir de la tradición parlamentaria en Francia.

Marine Le Pen

Según los resultados el partido de Marine Le Pen tendrá 89 diputados en la Asamblea Nacional, convirtiéndola en la facción más fuerte y compacta y será el primer partido de la oposición. Incluso podría reclamar la presidencia del comité de presupuesto.
Marine Le Pen fue reelegida en su distrito electoral de Hénin-Beaumont, en el norte de Francia, con una mayoría del 61,3 por ciento. En 2017, el partido de Le Pen, con ocho eurodiputados, aún no alcanzaba el tamaño del grupo.
Por eso la líder de la derecha francesa ha declarado: «Hemos logrado nuestro objetivo; Emmanuel Macron es un presidente minoritario que no puede ejercer el poder solo». «Encarnaremos una oposición decidida pero constructiva».
Ahora el centro de Macron teme un bloqueo que le incapacite gobernar. Para la política alemana, una más que posible inestabilidad en Francia no es una buena noticia.
Para el canciller Scholz y su gobierno «semáforo» la debilidad de Macron arrastra el mismo liderazgo de Scholz. Pero su principal problema no es éste, es la crisis energética que se avecina este otoño.
En una Europa convulsionada por la guerra de Ucrania y el creciente conflicto con Rusia los alemanes se enfrentan ya a una severa política de ahorro energético para el próximo invierno.
El vicecanciller alemán y ministro de Economía y protección del clima, Robert Habeck, de Los Verdes, ha enfatizado la difícil situación de Alemania en vista de la reducción de suministro de gas desde Rusia: «Siempre estuvo claro que dependíamos demasiado del gas»… «No quiero andarme por las ramas: es una situación tensa y grave», manifestó en el «heute journal» de la cadena ZDF.
La empresa estatal rusa Gazprom ha reducido significativamente el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream del Mar Báltico en los últimos días.
El vicecanciller quiere reducir el uso de gas para la generación de energía y la industria y se utilizarán más centrales eléctricas de carbón. Habeck también confía en que se podría asegurar el suministro para el próximo invierno: «Es crucial que los tanques de almacenamiento de gas estén llenos para el invierno, y que estén al 90 por ciento».
Actualmente hay un 57 por ciento, pero la diferencia debe compensarse mediante compras y ahorro. Sin embargo, está previsto que Alemania continúe importando gas del extranjero en invierno, incluso si no hay más flujo desde Rusia.
La industria apoya los planes de Habeck. «Tenemos que reducir el consumo de gas tanto como sea posible, cada kilovatio hora cuenta», dijo el presidente de la industria, Siegfried Russwurm, a la Agencia de Prensa Alemana: «La prioridad debe ser llenar los tanques de almacenamiento de gas para el próximo invierno».
Hay un plan, también, para depender temporalmente más de las centrales eléctricas de carbón, para la generación de electricidad. Algo que no ha resultado fácil en términos de política climática: «Pero es necesarios para reducir el consumo de gas en la generación de energía».

Tiempo de racionamiento

Por otra parte, la amenaza del gobierno de racionar, por ley, el consumo energético por ciudadano, teniendo en cuenta los duros inviernos alemanes, no está resultando muy popular en la calle, los ciudadanos de a pie consideran que sería una medida inconstitucional.
Francia y Alemania esperan vacas flacas para un próximo y frío otoño.
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