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20 de abril de 2024

Kadírov líder checheno

El presidente checheno, y nuevo general, Ramzán KadírovAFP

245 días de guerra en Ucrania

El líder checheno llama a los musulmanes a la «yihad» contra Ucrania

Ramzan Kadirov afirmó que la guerra de Ucrania «es una gran ‘yihad’ en la que todos deberían participar»

El líder checheno, y uno de los principales aliados de Vladimir Putin en Rusia, Ramzan Kadirov, llamó a la «yihad», o guerra santa, a la comunidad islámica para ayudar al Ejército ruso a derrocar al gobierno ucraniano de Volodimir Zelenski.
Kadirov, conocido por sus diatribas repletas de fanatismo nacionalista y odio a los ucranianos, afirmó que la invasión rusa a Ucrania «es una gran yihad en la que todos deberían participar».
Este llamamiento responde a la estrategia puesta en marcha por el Kremlin para dotar de componente religioso a su guerra de invasión a Ucrania.
El objetivo es crear conceptos religiosos no sólo cristiano-ortodoxos, si no también islámicos para favorecer una mayor identificación de las minorías étnicas islámicas de Rusia con los objetivos del Kremlin y reducir los choques entre las tropas rusas por motivos religiosos y culturales.
El presidente checheno, acusado de crímenes de guerra y de lesa humanidad, se ha mostrado muy crítico con el modo en que el alto mando ruso está dirigiendo la guerra en Ucrania, aunque siempre ha dejado fuera de sus críticas al presidente ruso, Vladimir Putin.
Aficionado a las redes sociales, en concreto a su canal de Télegram, donde es muy activo, suele publicar reflexiones sobre la guerra donde pide masacrar a los ucranianos, a los que llama nazis y satánicos, y donde llegó a exigir al Kremlin que bombardee con armas nucleares las ciudades ucranianas.
En sus discursos suele emplear la expresión «desatanizar Ucrania» como eco del objetivo oficial de Moscú de «desnazificar Ucrania».
En su último mensaje, además de llamar a la yihad, aseguró que el objetivo de Rusia no debería ser limitarse a mantener los territorios de Jersón, Zaporiyia, Lugansk y Donetsk ya ocupados, sino a anexionar toda Ucrania.
«Nuestro territorio no es sólo Zaporiyia, ni Jersón. Nuestro territorio es Odesa, Kiev, Jarkov. Cada región y Ucrania en su conjunto es nuestro territorio ruso», señaló, según recogió The Moscow Times.
Una de las constantes en los mensajes de Kadirov son sus afirmaciones sobre supuestas ofensivas rusas exitosas y promesas de victorias rusas que contradicen la realidad en el campo de batalla.
En ese sentido, en su último mensaje, aseguró que las tropas de voluntarios chechenos por él comandadas han decidido que «no nos vamos a mantener más a la defensiva, vamos a pasar a la ofensiva».
Una ofensiva poco probable en un contexto en el que las tropas rusas se encuentran estancadas y las ucranianas en continuo avance gracias a los suministros militares proporcionados por los aliados de la OTAN.
Él, sin embargo, permanece ajeno a la realidad: «Os doy mi palabra: los atacaremos todos los días. No tomaremos prisioneros entre los satanistas. Los quemaremos. No nos vamos a detener».
Firme partidario de la guerra, y de acciones consideradas crímenes de guerra, Kadirov incluso va contra la política oficial de no llamar a la guerra por su nombre, y emplear como eufemismo la expresión «operación militar especial» para referirse a la invasión rusa.
Kadirov, en cambio, prefiere emplear el término «guerra» y ampliar las acciones militares al máximo, hasta sus últimas consecuencias, aunque ello implique entrar en guerra con la OTAN, algo de lo que parece estar deseoso.
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