Rusia se está valiendo de drones artillados Mohajer-6 y drones suicidas Shahed-136, ambos modelos de fabricación iraní, para bombardear y destruir la red eléctrica ucraniana y otras infraestructuras civiles del país.
Hasta el momento, aunque las defensas antiaéreas han logrado interceptar una gran parte de estos aparatos, otros han logrado hacer blanco en sus objetivos y causar graves problemas en el suministro eléctrico ucraniano.
Con el objetivo de desarrollar nuevas defensas eficaces contra estos ataques, la inteligencia ucraniana ha desmontado y analizado varios de los drones iraníes derribados y, para su sorpresa, se han encontrado con una gran cantidad de componentes de fabricación estadounidense y europea.
Según señala
The Wall Street Journal, la mayor parte de los componentes empleados por estos drones iraníes los producen empresas de
Estados Unidos y de la
Unión Europea.
El informe difundido por The Wall Street Journal indica que «se han encontrado piezas en las aeronaves fabricados por empresas de Estados Unidos, Europa y otros países aliados, lo que está causando preocupación entre los funcionarios y analistas occidentales, e impulsado al gobierno de Estados Unidos a investigar».
Los expertos en inteligencia militar habrían llegado a la conclusión, tras analizar los aparatos, de que tres cuartas partes de los componentes de los drones iraníes son de fabricación estadounidense.
Además, encontraron también componentes marcados en lengua farsi, lengua oficial de Irán, lo que confirma que estos drones empleados por Rusia proceden de Irán, a pesar de que las autoridades de Teherán lo niegan.
El servicio de inteligencia ucraniano anunció, asimismo, que entregarán a organizaciones internacionales las evidencias de la participación de empresas y países extranjeros en la fabricación de los drones iraníes para la imposición de sanciones.