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20 de mayo de 2024

Putin Lukashenko

El presidente ruso, Vladimir Putin, junto con el bielorruso, Víktor LukashenkoAFP

299 días de guerra en Ucrania

Putin tanteó a Lukashenko para incorporar Bielorrusia a Rusia de forma pacífica

El Kremlin trata de acelerar el proceso de anexión de Bielorrusia a la Federación Rusa

Los planes imperialistas del presidente ruso Vladimir Putin van más allá de Ucrania e incluyen también a Bielorrusia como pieza esencial del espacio ruso que el Kremlin pretende incluir.
Rusia ya había intentado lograr una integración de Ucrania en la Federación Rusa durante la presidencia de Viktor Yanukovich, considerado un títere de Moscú en Kiev.
La revolución del Maidán de 2014 y la apuesta europeísta y atlantista del pueblo ucraniano llevó a Putin a tratar de lograr la unión por las malas con una invasión en dos tiempos: la primera en 2014-2015, cuando anexionó la península de Crimea y ocupó amplias áreas de Lugansk y Donetsk.
Y el segundo tiempo el 24 de febrero de 2022, cuando inició la actual invasión y guerra de Ucrania.
En Bielorrusia la situación es diferente. El régimen de Aleksandr Lukashenko, que durante un tiempo supuso un auténtico dolor de muelas para Putin por la postura autónoma que pretendía seguir, se ha convertido en una dócil herramienta al servicio de la política Exterior rusa.
Tras las revueltas de 2020 y 2021 por la manipulación de los resultados electorales, Lukashenko se entregó por completo en brazos de Putin para asegurar su supervivencia.
Desde entonces, Lukashenko hace lo que le mandan desde el Kremlin y Bielorrusia se ha convertido en un apéndice de Rusia.
La ofensiva sobre Kiev del 24 de febrero se lanzó desde territorio bielorruso. Minsk ha autorizado al Ejército ruso a utilizar sus bases aéreas y a instalar en su territorio artillería y plataformas de misiles desde donde lanzar ataques contra Ucrania.
Ahora, el Kremlin empleará la fuerza aérea bielorrusa para su disuasión nuclear al adaptar sus aeronaves a las ojivas nucleares rusas y controlar sus movimientos.
Putin cuenta con una poderosa arma para avanzar y culminar el proceso de integración de Bielorrusia en Rusia en contra de la población local y sin que Lukashenko pueda oponerse.
Se trata de la Unión Estatal de Rusia y Bielorrusia, un acuerdo de cooperación que funciona como motor de un proceso de integración que se pretende que culmine con la unión de ambos Estados.
En la reunión que mantuvieron el lunes Putin y Lukashenko el tema salió a relucir. Según el Institute for the Study of War, Putin trató de presionar a Lukashenko para que de nuevos pasos en la integración ruso-bielorrusa.
El tema de la integración de Bielorrusia en Rusia, y no la guerra en Ucrania, parece haber sido el principal tema tratado en la reunión entre ambos líderes, si se tiene en cuenta los temas en los que se centraron ambos en la declaración conjunta posterior.
El pasado 16 de diciembre, Lukashenko había insistido en la independencia y soberanía plena de Bielorrusia. En la comparecencia de ayer, Putin pareció responderle al afirmar con rotundidad que «Rusia no está interesada en absorber a nadie».
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