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18 de abril de 2024

Una mujer pasa junto a una bandera del presidente turco Recep Tayyip Erdogan

Una mujer pasa junto a una bandera del presidente turco Recep Tayyip ErdoganAFP

Elecciones clave en Turquía

Kilicdaroglu quema el cartucho del nacionalismo para intentar arrebatar la victoria a Erdogan

La inmigración, los refugiados sirios y la cuestión kurda se han convertido en temas centrales de la campaña electoral turca

Lejos quedan las manos en forma de corazón como símbolo de la campaña electoral del candidato a la presidencia de Turquía, el socialdemócrata Kemal Kilicdaroglu. El principal rival de Recep Tayyip Erdogan inició su periplo con un discurso sosegado, apostando por la paz, la convivencia y la armonía.
Kilicdaroglu se diferenció de Erdogan, precisamente, por su talante calmado. Mientras el presidente turco mantenía su figura de líder rígido y autoritario y acusaba a su rival día y noche de colaborar con «terroristas», el socialdemócrata seguía dando la batalla, mostrando una faceta más cercana.
Pero la carrera por la Presidencia de Turquía se ha vuelto voraz. Tras las elecciones del pasado 14 de mayo, en las que Kilicdaroglu aglutinó el 44,9 % de los votos, este ha radicalizado su discurso, sobre todo en materia migratoria, para mirar directamente a los ojos a Erdogan, que obtuvo el 49,5 % . La campaña electoral turca ha ido elevando el tono a medida que se ha ido acercando la segunda vuelta.
Los turcos solo tienen dos opciones, Kilicdaroglu o Erdogan, y este domingo, 28 de mayo, tendrán que decidir qué futuro líder quieren para su país. Mientras tanto los candidatos a la Presidencia de Turquía están enfocados en atraer los votos de las ocho millones de personas que hace dos semanas no acudieron a las urnas, y los casi tres millones que optaron por el ultranacionalista Sinan Ogan, que recibió el 5, 17 % de los apoyos.
Kilicdaroglu se ha centrado en la inmigración, pero con especial énfasis en los refugiados sirios. El socialdemócrata pidió este martes el voto ante un cartel con su cara en el que se podía leer «Decídete antes de que los refugiados tomen el control del país». El rival de Erdogan se trasladó hasta la provincia de Hatay, región afectada por el terremoto del pasado mes de febrero, donde atacó duramente a los refugiados sirios.
«Nunca jamás haremos de Turquía un almacén de refugiados», prorrumpió Kilicdaroglu. El líder de la coalición bautizada como la Mesa de los Seis ha prometido que si es elegido presidente expulsará a los «diez millones» de sirios del país. Unas cifras exageradas, ya que los analistas apuntan a que Turquía acoge a aproximadamente seis millones de refugiados, entre ellos cuatro millones de sirios.
La cuestión migratoria se ha vuelto clave en la campaña electoral. La Alianza Ata, representada por Sinan Ogan, se ha dividido precisamente en torno a este asunto. Mientras que el ex candidato a la presidencia Ogan ha declarado su apoyo a Erdogan, Umit Ozdag, líder del Partido de la Victoria, se ha decantado por Kilicdaroglu, dividendo aún más el voto de los turcos.
Ozdag achacó al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), de Erdogan, no tener una agenda clara en política migratoria. El líder del Partido de la Victoria ha exagerado aún más la cifra de refugiados que cuantifica en «13 millones» y ha llamado a los turcos a votar a Kilicdaroglu «si no queréis preocuparos cuando vuestra hija salga a la calle, si queréis enviar a vuestro hijo al supermercado sin peligro a las 21:30 de la noche». Atusando el sentimiento antirefugiados en auge entre los turcos.
El discurso cada vez más radical del principal rival de Erdogan contra la inmigración está causando grietas en la coalición que representa. Varios miembros de la alianza de la Mesa de los Seis, que ha unido a socialdemócratas y nacionalistas, han presentado su dimisión al no estar de acuerdo con la dura retórica que ahora defiende Kilicdaroglu.
Otro de los grandes temas que ha enturbiado la campaña electoral en Turquía es la cuestión kurda. Erdogan ha acusado reiteradamente a su rival de tratar con «terroristas» al recibir el apoyo del principal partido kurdo, el HDP, investigado judicialmente por supuestos vínculos con la guerrilla kurda PKK.
De hecho, la deriva nacionalista de Kilicdaroglu ponía en duda si el HDP continuaría ofreciendo su apoyo al socialdemócrata. Finalmente, este jueves la formación kurda ha reiterado su apoyo al rival del presidente turco. «Para nosotros, la única opción es cambiarlo a él (Erdogan) y su régimen», han defendido ante los medios. Aun así, el HDP ha pedido «no utilizar a refugiados e inmigrantes como material para beneficios políticos».
La táctica de Erdogan es sencilla, atacar a Kilicdaroglu por mantener un acuerdo con el HDP, mientras que él mismo cuenta con el apoyo de la formación kurda Huda-Par. El mandatario turco también ha endurecido su discurso sobre la inmigración, aunque no ha asegurado, como su contrincante, el retorno de los refugiados.
Sin embargo, y por boca de su ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, ha planteado la posibilidad de que se obligue a los inmigrantes a pagar un seguro privado y reducir así los costes de la sanidad pública. Además, Çavusoglu ha recordado que Ankara ha iniciado los contactos con el régimen sirio para abordar el retorno de sus nacionales.
Los refugiados sirios se han convertido en un arma arrojadiza entre Kilicdaroglu y Erdogan de cara a las elecciones de este domingo, con promesas y eslóganes que criminaliza a una minoría que, este 28 de mayo, aquellos que acudan a las urnas votarán por la «opción menos mala»: Erdogan.
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