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15 de mayo de 2024

Varios manifestantes levantan banderas palestinas y de Hezbolá durante una manifestación en el sur del Líbano

Varios manifestantes levantan banderas palestinas y de Hezbolá durante una manifestación en el sur del LíbanoAFP

El «día de la ira» de Hezbolá aumenta el temor de una gran guerra tras el bombardeo contra el hospital de Gaza

La milicia chií libanesa ha convocado múltiples manifestaciones en todo el Líbano y se especula con la posibilidad de que abra un nuevo frente contra Israel

La noche del martes ha sido una de las más sangrientas de este nuevo capítulo de violencia que se ha abierto en el conflicto palestino-israelí. Un bombardeo contra el hospital Ahli Arab, en la ciudad de Gaza, ha acabado con la vida de al menos 471 palestinos, según datos del Ministerio de Salud del enclave. Hamás e Israel se acusan mutuamente del ataque, que ya ha provocado las primeras reacciones a nivel internacional. La milicia chií libanesa Hezbolá ha salido rauda a anunciar un «día de la ira».
«Que mañana, miércoles, sea un día de ira contra el enemigo», amenazó Hezbolá, fiel aliado de Hamás. La milicia chií libanesa, también aprovechó este comunicado para denunciar una «masacre» y un «crimen brutal» que atribuyen a Israel. El país hebreo, sin embargo, ha desplegado toda su maquinaria de comunicación para desmentir su autoría en el bombardeo contra el hospital.
El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagar, mapa en mano, ha explicado durante una rueda de prensa especial que el daño del impacto no es propio de un ataque aéreo, sino de un proyectil. Asimismo, han difundido unos audios donde supuestos militantes de Hamás admiten que la metralla, encontrada en el lugar de los hechos, es de «producción local».
En la conversación –captada por la Inteligencia israelí–, los miembros de la organización terrorista apuntan que el cohete habría sido lanzado desde un cementerio, detrás del hospital, pero que «falló y cayó». Una versión que ha sido apoyada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ha aterrizado en Israel esta misma mañana, escasas horas después de producirse esta terrible tragedia.
Las imágenes de los cadáveres amontonados, gente llorando, gritando y clamando al cielo no han pasado desapercibidas. Los países árabes han salido en masa a condenar el ataque contra el hospital. Jordania, histórico mediador en el conflicto palestino-israelí, ha anunciado que cancela la visita de Biden y en su capital, Amán, decenas de manifestantes han tratado esta noche de entrar en la embajada de Israel.
Mientras que en la capital de Irán, Teherán, cientos de personas se han congregado frente a las embajadas de Francia y Reino Unido donde han lanzado huevos, al grito de «muerte» a los dos países europeos. Por su parte, Siria y el Líbano han decretado un día de luto oficial. En este último, Hezbolá, que mantiene un fuego cruzado con su vecino Israel desde el pasado 8 de octubre, ha convocado múltiples manifestaciones.
Este llamamiento, bautizado como el «día de la ira», aumenta la amenaza de que el Líbano eleve su apuesta y abra un nuevo frente en la guerra de Gaza. El sur del país mediterráneo, teóricamente en guerra con el país hebreo, ha vuelto a ser escenario de enfrentamientos entre la milicia chií libanesa y el Ejército israelí. Las escaramuzas a lo largo de la línea de demarcación, que separa ambos países, se han ido intensificando y ambos bandos ya cuentan con muertos.
La guerra entre el Líbano e Israel de 2006 saltó por los aires tras el secuestro de dos soldados israelís por parte de Hezbolá. Actualmente, la situación es cada vez más delicada y la Inteligencia israelí ya ha advertido de un más que probable ataque de la milicia chií libanesa contra el país hebreo, una vez que el Ejército israelí inicie la operación terrestre en Gaza. Para evitar que esto ocurra, en el sur del Líbano se encuentra desplegada una misión de Naciones Unidas, en la que participa un importante contingente del Ejército de Tierra español.
Desde Naciones Unidas han asegurado que sus efectivos continúan en sus posiciones y que no tiene «planes» de abandonar el país. «Las fuerzas de mantenimiento de la paz de UNIFIL –Naciones Unidas para el Líbano– permanecen en sus puestos y en sus tareas. Nuestro trabajo continúa, incluyendo actividades regulares como la rotación de tropas dentro y fuera del Líbano. No tenemos planes de marcharnos y estamos haciendo todo lo posible, 24 horas al día y 7 días a la semana, para rebajar la tensión y evitar un mayor deterioro de la situación», han aclarado en su cuenta de X, antes Twitter.
La guerra entre el Líbano e Israel acabó sin un claro vencedor. El país mediterráneo aún exige la devolución de múltiples territorios ocupados por Israel. Desde entonces, Hezbolá ha aumentado su arsenal militar y ha adquirido una gran experiencia de combate tras su intervención en la guerra de Siria, en apoyo al presidente Bashar al-Ásad. La entrada del Líbano en la guerra entre Hamás e Israel podría arrastrar a la región a una gran guerra.
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