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03 de mayo de 2024

Los palestinos se reúnen durante el funeral de varios hombres muertos durante una incursión nocturna del Ejército israelí, en Cisjordania

Los palestinos se reúnen durante el funeral de varios hombres, en CisjordaniaAFP

Israel  Los árabes ganarán la guerra demográfica

En la Franja de Gaza el crecimiento de la población se cifra en más de cinco hijos sólo igualada por las familias judías ortodoxas que no son tan numerosas

Los judíos se convertirán en una minoría dentro del Estado de Israel en unos cuantos años. Por primera vez, el porcentaje de judíos en Israel está por debajo del 74 %. Según las cifras que ha difundido la Oficina Central de Estadística, hoy representan un 73,9 %. La nación hebrea no es ajena al proceso de decrecimiento demográfico y de envejecimiento de la población que atenaza a las naciones occidentales, a pesar de las migraciones anteriores procedentes de la diáspora judía que llegaron a Palestina facilitadas por el movimiento sionista.
Entre 1881 y 1949, se sucedieron cinco inmigraciones. De las cuales las más numerosas fueron la segunda, de 1904 a 1914, y la tercera de 1919, tras la Declaración Balfour del gobierno británico a 1923. La mayor parte, más del 80 % de los judíos inmigrantes procedían de Rusia y de Polonia, eran askenazis, como muchas de las principales autoridades de Israel.
En torno a una quinta parte, el 21,2 % de la población de Israel son inmigrantes, según indican los últimos datos de inmigración publicados por Naciones Unidas. Israel tiene una importante proporción de inmigrantes entre su población. La inmigración en Israel procede principalmente de Marruecos, el 8,11 %, Ucrania, el 6,72 % y Rusia, el 5,70%, según cifras de 2020. En los últimos años, el número de inmigrantes que viven en Israel, ha disminuido en 58.152 personas, un 2,89 %.
Las fronteras calientes de Israel

Las fronteras calientes de Israel

Desde que se estableció el Estado de Israel, tras la Segunda Guerra Mundial, ha recibido 3,3 millones de inmigrantes, incluyendo un millón y medio que llegaron de la Unión Soviética cuando echó el cierre en los años 90.
Ian Pappe, autor israelí, destaca que la estrategia sionista desde el principio no se limitaba a la creación de un Estado judío en Palestina «también de una democracia judía», para lo que necesitan mantener una mayoría electoral para poder gobernar democráticamente. Sin embargo, en quince años los israelíes hebreos representarán un porcentaje tan bajo como el 42 % de la población de la zona.
La tasa de natalidad en los territorios árabes ocupados es mucho más alta que la de Israel: en Gaza el crecimiento de la población se cifra en más de cinco hijos sólo igualada por las familias judías ortodoxas que no son tan numerosas, el 11 % de la población. Según el Banco Mundial, la tasa de fecundidad nacional en Israel bajó de 2,9 hijos por mujer.
El profesor Alon Tal, del departamento de Política Pública de la Universidad de Tel Aviv, explicó que hasta la década de 1970, la tasa de natalidad entre los ultraortodoxos era similar a la del sector secular: 2,6 niños. Las reformas que introdujo Menajem Beguin, premio Nobel de la Paz, facilitando subsidios a las familias numerosas judías, llevaron a un aumento en la fertilidad, y esto también trajo consigo un cambio cultural. Posteriormente, con Benjamin Netanyahu como ministro de Finanzas, se produjo un recorte en los subsidios, lo que conllevó a cierto descenso en esta cifra.
En concreto, también crece, aunque en menor medida, la demografía de los árabes israelíes, ciudadanos de pleno derecho en el Estado israelí aunque de etnia árabe, pero su índice de incremento de población ronda el 3,4 %. De cara al futuro hay otro dato que destaca: la edad media de los judíos es de treinta y cinco años, la de los árabes es de catorce.
Los 22.000 kilómetros cuadrados que ocupa el país israelí han recibido unos 300 mil millones de dólares, sumando los aportados por Alemania por el Holocausto, 60 mil millones, y las ayudas de EE.UU. y de las comunidades judías del mundo. La mayor parte del territorio israelí es desértico, su zona fértil se concentra en la llanura costera. La zona más alta son los Altos del Golán, territorio sirio ocupado. Carece de fronteras naturales y es difícil de proteger como quedó claro en la guerra del Yom Kipur ante los Ejércitos de Siria y Egipto. En su zona más estrecha, Israel tiene 15 kilómetros de ancho y unos cien en la más ancha.
Israel tiene una densidad de población muy alta, de 424 habitantes por km2. Y no es que haya mucha gente – 9.367.000 personas–, es que hay poca tierra. 9.656. habitantes de los que 7.106.000 son judíos (73,6 %), 2.037.000 son árabes (21,1 %) y unos 513.000 drusos, circasianos y otros (5,3 %). Son cifras de la Oficina Central de Estadísticas de Israel a fecha 31 de diciembre del año 2022 y del Ministerio del Interior.
Otras fuentes sitúan el número de habitantes en ocho millones. De los cuales, más de seis millones son judíos. Las cifras de fertilidad han variado bastante. El Dr. Eliyahu Ben-Moshe, demógrafo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, habló de las familias religiosas donde la media era de 4,2, las tradicionalistas 3,1 y las seculares 2,1. Durante la década de 1950, la tasa de natalidad en Israel era de 3,6 hijos por mujer.
Desde entonces, se produjo un descenso que alcanzó un mínimo de 2,6 en la década del 1990. La tendencia se revirtió nuevamente a principios del 2000. Según las predicciones de Ben Moshe, si en el 2019 la población israelí era de nueve millones de personas, en el 2030 será de once millones y diez años después llegará a ser de 13 millones. Sin embargo, las cifras expuestas en el legislativo israelí no parecen darle la razón:

Los datos constatan que la población musulmana es la más fértil

«Estimamos la población palestina entre Judea y Samaria en entre 2,5 millones y 2,7 millones», dijo el subdirector de la oficina conocida como COGAT, coronel Uri Mendes, que usó el término israelí para Cisjordania, en una sesión de la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knéset, el Parlamento israelí. Los datos constatan que la población musulmana es la más fértil, seguida por la judía y la cristiana en último lugar.
Agregó el coronel que el censo palestino arroja una cifra aún mayor, de tres millones. Si a esto le sumamos la reivindicación para palestina del regreso de los desplazados, que Israel no admite, la Nakba, de unos 700.000 palestinos desalojados de Israel y a sus descendientes, una población que en la actualidad puede llegar a alcanzar los cinco millones. Si les sumamos los casi tres millones de la población palestina, tenemos cerca del total de nueve millones, que son los actuales habitantes del Estado hebreo. Más todavía si contamos con los dos millones de refugiados palestinos en Jordania y otro medio millón en el Líbano.

Gaza también existe, aún

La primera guerra contra La Franja de Gaza fue en junio de 2006. La rivalidad entre la Organización para la Liberación Palestina (OLP) y Hamás en 2007 llevó a su enfrentamiento y a la expulsión de la OLP de ese territorio, que pasó a ser gobernado por la resistencia islámica en detrimento de los nacionalistas árabes laicos, lo que en un primer momento fue visto con buenos ojos por la Inteligencia israelí que pensó a corto plazo, dado que la OLP había sido su tradicional enemigo.
Gaza es una franja de 365 kilómetros cuadrados, habitada por ocho millones de árabes, de los cuales el 90 % son refugiados palestinos. Tiene 5.000 habitantes por kilómetro cuadrado. Fue ocupada por Israel en 1967 y evacuada en los acuerdos paz por territorios en 2005.
En el año 2019, el 44,2 % de las familias árabe israelíes vivían en la pobreza, según las estadísticas oficiales, más del doble de la media nacional, que se ubica en el 20,4 %. No sólo hay una amenaza política de identidad nacional, también una bomba social.
En palabras de Henry Kissinger, «la cuestión palestina tendrá que ser afrontada tarde o temprano como elemento esencial del orden regional y en última instancia también del orden mundial».
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