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29 de abril de 2024

Putin Rusia condecoraciones

Vladimir Putin condecora a un combatiente rusoAFP

La paradoja del poder en Rusia: las ansias de Putin por perpetuarse darán a Ucrania una última oportunidad

El modo en que se han planteado las elecciones rusas atarán de pies y manos al Kremlin en el campo de batalla ucraniano hasta que Putin sea reelegido

Ucrania se queda sin municiones, está cerca de agotar la financiación del Pentágono para armar a su Ejército y, al mismo tiempo, Rusia reúne efectivos para preparar una nueva ofensiva.
De forma paralela, Hungría ha bloqueado en la Unión Europea un nuevo paquete de ayuda por valor de 50.000 millones de euros, y el Partido Republicano ha hecho lo mismo al bloquear en el Senado de Estados Unidos una partida por valor de 61.000 millones de dólares en ayuda militar.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, anunció que estudia decretar la movilización de 500.000 nuevos combatientes, una medida que sin financiación de sus aliados será impracticable.
Sin embargo, el Kremlin anunció que su objetivo es formar un Ejército de millón y medio de efectivos para aplastar a Ucrania.
En medio de estas malas noticias, Ucrania encontró, pese a todo, una nueva oportunidad para cambiar las tornas en un inesperado acontecimiento: las elecciones presidenciales rusas previstas para el próximo mes de marzo.
Según se argumenta en un artículo del Moscow Times, las elecciones rusas no darán muchas sorpresas. De hecho, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ya anunció que Putin ganará las elecciones y será reelegido presidente de la Federación Rusa con el 90 % de los votos.
Sin embargo, como se vio tras las manipuladas elecciones bielorrusas de 2020, por mucho que se manipulen los resultados electorales para construir una ficción de democracia que apuntale un sistema autoritario, si el apoyo popular al autócrata no es real, el régimen se tambalea, y unas elecciones fraudulentas puede ser el detonante de un connato de rebelión popular.
Por lo tanto, Putin necesita calmar las aguas en Rusia. Por un lado, trata de lograr una victoria, por mínima que sea, y usando sus actuales recursos en Ucrania, para presentar ante los sectores más nacionalistas y militaristas rusos.
De ahí el empeño por conquistar Avdiivka por alto que sea el coste en vidas humanas de los soldados rusos.
Al mismo tiempo, el Kremlin tratara de ahorrarse un aumento del descontento social con una nueva movilización masiva.
Necesita convencer a los rusos de que la victoria llegará seguro y sin mayores traumas para los ciudadanos rusos.
En este momento, de hecho, está centrado los reclutamientos en la amplia comunidad de convictos rusos y en la población más pobre de las comunidades aisladas del extremo oriente ruso.
Por lo tanto, no habrá ninguna gran movilización en Rusia antes de las elecciones, y probablemente tampoco un intento de importante avance territorial, a pesar de que Ucrania se encuentre en una situación de debilidad por el bloqueo de la ayuda occidental.
Según The Moscow Times, el Kremlin se centrará en las semanas previas a las elecciones a inundar la sociedad rusa de noticias positivas y esperanzadoras por medio de sus habituales canales de propaganda masiva.
Un anuncio de un nuevo reclutamiento no es uno de esos mensajes positivos que favorecerían la movilización del electorado a favor de Putin.
En ese contexto, señala el digital opositor ruso, Ucrania podría permitirse el lujo de tomar decisiones difíciles, aprovechando además que, bajo la ley marcial imperante en Ucrania, no se celebrarán elecciones hasta que finalice la guerra.
Así, volvemos al terreno de la especulación sobre lo que sucederá con las ayudas militares a Ucrania en las próximas semanas.
De momento, a corto plazo, quedan totalmente descartadas. El bloqueo es absoluto tanto en el Consejo Europeo como en el Congreso de Estados Unidos. Pero esa situación podría cambiar después de Navidades.
La Unión Europea ya está buscando mecanismos para aprobar la ayuda a Ucrania saltándose el veto húngaro.
Una vez aprobadas las ayudas tardarán semanas en llegar las nuevas municiones y armas a Ucrania. Nos ponemos entonces en febrero o incluso marzo, cuando el flujo de municiones empiece a llegar a las maltrechas fuerzas ucranianas.
El plazo, por lo tanto, es muy justo. Sin embargo, si se aligera el proceso y Ucrania logra asestar un golpe en el campo de batalla a Rusia en la víspera de las elecciones no solo habrá salvado el momento más peligroso desde el inicio de la invasión, sino que supondrá una dura derrota para Putin.
Será la última oportunidad de Kiev. Después de las elecciones, cuando se confirme la reelección de Putin, el Kremlin tendrá vía libre para tomar las decisiones que considere pertinentes, decretar una nueva movilización masiva entre la población rusa o lanzar una gran ofensiva sobre las líneas ucranianas.
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