La huelga de trabajadores del transporte público por mejoras salariales tiene paralizado el tranvía de Frankfurt
Una huelga de conductores paraliza el transporte público de toda Alemania
Los sindicatos alemanes demandan la mejora de las condiciones de trabajo, entre ellas, la reducción de las horas de trabajo y el aumento de vacaciones
Las estaciones de autobuses y tranvías de toda Alemania amanecieron paralizadas este viernes, lo que afectó a millones de viajeros, ya que 90.000 trabajadores del transporte público fueron llamados a abandonar sus puestos de trabajo como parte de una huelga por mejores salarios.
La huelga de 24 horas, convocada por el sindicato Verdi en todos los estados federados excepto Baviera, es la última de una serie de acciones de protesta que han afectado al sector del transporte alemán en las últimas semanas.
Un elemento central de las demandas de Verdi es la mejora de las condiciones de trabajo, dijo en un comunicado, enumerando la reducción de las horas de trabajo y el aumento del derecho a vacaciones como medidas solicitadas.
«Tenemos una dramática escasez de mano de obra en el transporte público y una presión increíble sobre los empleados. Los autobuses y trenes se cancelan todos los días en todas las zonas tarifarias porque no hay suficiente personal», dijo en el comunicado la vicepresidenta de Verdi, Christine Behle.
El movimiento juvenil y climático Fridays for Future dijo que 60 de sus ramas locales apoyaron la acción industrial.
«Estamos en huelga juntos para movilizarnos por mejores condiciones de trabajo y un futuro para el transporte público», dijo un portavoz.
El jueves, una huelga del personal de seguridad en 11 aeropuertos alemanes afectó a 200.000 viajeros y provocó alrededor de 1.100 cancelaciones o retrasos de vuelos, dijo la asociación alemana de aeropuertos ADV.
Las interrupciones continuarían en Hamburgo, donde Verdi pidió al personal de servicio en tierra que se declarara en huelga desde las 3:00 hora local de este viernes hasta la medianoche.
El sindicato señaló que exigía salarios más altos y un pago único de 3.000 euros para ajustarse a la inflación.
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