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04 de mayo de 2024

El presidente de Rusia, Vladimir Putin

El presidente de Rusia, Vladimir PutinAFP

Rusia

Putin suma a los talibanes a su lista de aliados antioccidentales

Una delegación del movimiento rigorista ya ha sido invitada al foro Rusia y el mundo islámico que tendrá lugar el próximo mayo en la ciudad rusa de Kazán

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, no ha mostrado problemas a la hora de codearse con los líderes más autoritarios del planeta, entre los que se encuentra, entre otros, el mandatario de Corea del Norte, Kim Jong-un, o el régimen de los ayatolás. En su obsesión por formar un aje antioccidental, Putin estaría dispuesto a entablar también relaciones con los talibanes en Afganistán.
Moscú estudia, ahora, la exclusión de los fundamentalistas afganos de la lista de organizaciones terroristas, según adelantaron los medios rusos esta semana. «En lo que respecta al levantamiento del estatus de organización terrorista al movimiento talibán, esa cuestión está siendo estudiada por el Ministerio de Exteriores de Rusia, el Ministerio de Justicia y otros departamentos pertinentes», aseguró una fuente diplomática a la agencia TASS.
Agregó que la decisión definitiva la tomarán «las más altas instancias políticas del país», en referencia al presidente ruso. Putin ya había sugerido hace tres años la posible exclusión de los talibanes de la lista de terroristas, pero en aquel momento lo condicionó al visto bueno de la ONU.
Rusia proscribió a los talibanes en 2003, aunque recibió a sus representantes en varias ocasiones antes de que tomaran el poder en Kabul, en agosto de 2021.
Desde entonces, los talibanes han viajado en varias ocasiones a Moscú para participar en conferencias sobre la reconstrucción y financiación de Afganistán.
De hecho, una delegación del movimiento rigorista ya ha sido invitada al foro Rusia y el mundo islámico que tendrá lugar el próximo mayo en la ciudad rusa de Kazán.
La invitación a la cumbre del próximo mes en esta región mayoritariamente musulmana, situada a unos 450 kilómetros al este de Moscú, representa el último ejemplo de un notable giro del Kremlin y, para los talibanes, una oportunidad de estrechar lazos con uno de los 16 únicos países que tienen una embajada en funcionamiento en Kabul.
Ningún país del mundo ha reconocido a los talibanes como líderes legítimos de Afganistán desde que volvieron al poder tras la retirada de las fuerzas lideradas por Estados Unidos. Desde entonces, el grupo, que gobernó la mayor parte de Afganistán entre 1996 y 2001, ha llevado a cabo una brutal represión de los derechos y libertades de las mujeres.
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