El accidente provocó la muerte de seis personas
Un fallo del motor, drones o una bandada de pájaros: las teorías sobre el accidente en el Hudson
Las autoridades barajan diferentes hipótesis sobre la causa de la tragedia que le costó la vida a una familia española y a un piloto militar veterano
Apenas han pasado unas horas desde que un helicóptero turístico en el que viajaba una familia española se precipitó al río Hudson, en Nueva York, y la investigación para determinar qué ocurrió avanza lentamente pero sin pausa. Por el momento, las autoridades estadounidenses se resisten a confirmar una causa definitiva, aunque ya han aparecido tres teorías principales sobre la mesa: un fallo mecánico, el impacto con un dron o una bandada de pájaros.
El aparato, un Bell 206 L-4 alquilado por la empresa New York Helicopter, despegó la tarde del jueves desde el sur de Manhattan con seis personas a bordo: el piloto y una familia española que realizaba un recorrido aéreo para celebrar un cumpleaños. Tras unos veinte minutos de vuelo, el helicóptero comenzó a presentar problemas y terminó desintegrándose en el aire antes de caer al río, frente a la ciudad de Hoboken (Nueva Jersey). Murieron todos los ocupantes.
Jennifer Homendy, directora de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), ha subrayado que es demasiado pronto para hablar de una causa probable. «La prioridad ha sido localizar a las víctimas, recuperar el fuselaje y reunir el mayor número posible de piezas del helicóptero. Aún faltan elementos críticos, como el rotor principal y la transmisión», explicó el viernes. «No vamos a especular».
Sin embargo, las especulaciones circulan. El alcalde de Jersey City, Steven Fulop, reconoció en rueda de prensa que entre los investigadores se barajan tres escenarios principales: el impacto con aves, la colisión con un dron o un fallo técnico del helicóptero. Ninguna de estas hipótesis ha sido descartada, y todas están siendo evaluadas a medida que se analizan los restos recuperados del agua.
El vuelo formaba parte de una escapada turística organizada por Agustín Escobar, alto ejecutivo de Siemens, para celebrar el cumpleaños de su hija mediana, Mercè, que cumplía ocho años el mismo día del accidente. Su esposa, Mercè Camprubí, también ocupaba un cargo de responsabilidad en la compañía, y los tres hijos del matrimonio, de 4, 8 y 10 años, completaban la lista de pasajeros.
Infografía: reconstrucción del accidente aéreo en el río Hudson
Al mando del helicóptero estaba Sean Johnson, un ex Navy SEAL de 36 años con 780 horas de vuelo registradas y su última revisión médica superada en septiembre de 2024. Poco antes del accidente, Johnson contactó por radio para advertir que disponía de poco combustible y estaba regresando al helipuerto.
Según el propietario de New York Helicopter, Michael Roth, el piloto debía haber aterrizado en apenas tres minutos, pero pasaron veinte sin noticias hasta que otro helicóptero avistó la aeronave boca abajo en el río. Un vídeo grabado desde tierra muestra cómo el aparato pierde piezas en el aire y cae en espiral, lo que ha llevado a varios expertos a señalar una posible rotura estructural en pleno vuelo.
«Parece que hubo una separación de las palas del rotor principal, lo que provocó una vibración extrema y la ruptura del eje», explicó el oficial de vuelo retirado Armen Kurdian. Otro experto, Dan Rice, aseguró a la cadena CBS que «algo se rompió físicamente», lo que causó la pérdida total de control.
New York Helicopter, la empresa operadora del vuelo, no es ajena a la polémica. Se declaró en bancarrota en 2019, arrastrando deudas significativas por reparaciones. En 2013 ya sufrió otro accidente con un aparato similar, que también terminó en el río Hudson. En aquella ocasión no hubo víctimas, pero la NTSB concluyó que el problema se debió a un fallo de mantenimiento.
La propia NTSB ha alertado en varias ocasiones sobre los riesgos de los vuelos turísticos en el área de Nueva York, donde existen zonas de espacio aéreo denominadas «de reglas especiales». En estos espacios, los helicópteros no reciben asistencia continua del control aéreo, lo que complica las operaciones y eleva el riesgo, sobre todo en situaciones imprevistas como la del jueves.
El historial de la aviación neoyorquina
El accidente del jueves es el primero mortal en la ciudad desde 2019, cuando otro helicóptero se estrelló contra la azotea de un rascacielos. Desde 1977, al menos 38 personas han perdido la vida en accidentes similares en Nueva York. Una colisión aérea entre un avión y un helicóptero turístico sobre el Hudson en 2009 causó nueve muertos, y en 2018, cinco personas fallecieron al estrellarse un vuelo de puertas abiertas sobre el East River.
Este viernes, además, se sumó un nuevo siniestro en Florida, donde una avioneta Cessna 310 se estrelló cerca del aeropuerto de Boca Ratón. Murieron tres personas y un conductor que pasaba por la zona resultó herido.