Trump se revuelve contra el presidente de la FED y pide que lo «despidan» por no bajar los tipos de interés

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no tolera que le lleven la contraria y mucho menos no tener el control absoluto de las instituciones y organismos del Estado. La Reserva Federal, de momento, es uno de los más díscolos, junto con un sector del Poder Judicial, y su presidente, Jerome Powell ya le ha dado la espalda en reiteradas ocasiones.

El festival de aranceles en el que Trump ha metido al mundo ha tenido, entre sus variadas consecuencias, la bajada del dólar, la venta de China de parte de su deuda, el inevitable alza de los precios que se avecina y e pronosticado desempleo. Trump es consciente de ello y por eso, prácticamente desde el primer momento, le exigió a Powell que rebajara los tipos de intereses.

El equivalente al responsable del Banco de España hizo oídos sordos a Trump y más bien le sugirió que reflexionará con su la guerra arancelaria que está desatando y sobre las consecuencias perniciosas que va a causar a la economía de Estados Unidos. La reacción del presidente republicano estaba cantada: ha pedido que le despidan de inmediato.

Donald Trump , hombre de escaso filtro en su retórica, calificó los informes de a Powell de «completo desastre» , volvió a exigirle que recorte los tipos de interés y como no ha tenido éxito en sus presiones para que abandone el cargo pide su cese inmediato.

«Jerome Powell debería haber bajado los tipos de interés, como el BCE, hace tiempo, pero sin duda debería bajarlos ahora. ¡El despido de Powell no puede esperar!», dijo Trump en un mensaje en su red Truth Social.

Los deseos de Trump, que envidia al Banco Central Europeo, no serán fáciles de cumplir, ya que Powell termina su mandato en mayo del próximo año. Además, de acuerdo a la normativa propia de la Reserva Federal, en rigor, el presidente de Estados Unidos no puede exigir su destitución. Lo que sí podría Trump es modificar la ley para despedirle, pero llegar a ese extremo supondría restarle credibilidad al organismo y sin duda, provocaría un efecto dominó en las instituciones y en los inversores. La confianza, la palabra clave para cualquier Gobierno, caería más bajo que los tipos de interés que le exige recortar Trump a Powell.